Redacción – Novak Djokovic a sus 31 años de nuevo en su máxima expresión. Tras unos meses de peregrinación por el infierno de una lesión de codo que dañó su confianza, en unas semanas ha encadenado Wimbledon, Cincinnati y Open USA.

Un fenómeno recuperando su clase arropado por su entrenador de siempre, Marian Vajda, de vuelta, y su esposa Jelena, madre de sus dos hijos. Estabilidad emocional, necesaria para que emerja este enorme deportista serbio.

‘Nole’ ha superado por 6-3, 7-6 (7-4) y 6-3, en 3h.15’, a un gigante Juan Martín del Potro, a los 29 regresando a una gran final nueve años después de conquistar Flushing Meadows, en 2009. Acabó la ‘Torre de Tandil’ en su silla llorando.

Lo dio todo el hombre de las cuatro operaciones en las muñecas, por dos veces remontó sendas desventajas de 1-3, segundo y tercer set, pero delante tuvo a un rival intocable, porque cuando Djokovic juega de memoria, pararlo es casi misión imposible.