Redacción – Ariarne Titmus ha hecho historia este domingo en la primera jornada del Mundial de Gwangju. La nadadora australiana ha logrado lo que durante años ha parecido imposible: derrotar a Katie Ledecky en una prueba de fondo. La oceánica ha sacado a relucir un sensacional sprint en los 400 libre para hacerse con el título con un tiempo de 3:58.76, nuevo récord de Oceanía.

Titmus ha protagonizado una enorme remontada en los últimos cincuenta metros tras haber marcado un ritmo muy fuerte en la primera parte de la carrera. La australiana, en un sprint final muy poderoso, ha sacado más de un segundo a una Ledecky que se ha quedado con 3:59.97. El bronce, en otra pelea, ha sido en la última brazada para una Leah Smith (4:01.29) que ha vencido por apenas dos centésimas a Ajna Kesely.

Ha sido muy valiente Titmus y, a sus dieciocho años, ha recogido un oro de gran valor por lo que supone en el planeta natación: romper la tiranía de una Ledecky que había arrasado desde el Mundial de Barcelona 2013. Tan solo en los 200 libre de Budapest se quedó Ledecky con una plata, tras Federica Pellegrini, pero nadie en pruebas superiores a esa distancia había logrado toserle. Hasta este domingo.

Titmus tiraba de inicio con Ledecky pegada y Kesely y Wang bien posicionadas. La australiana estaba dispuesta a desgastar a la gran favorita, que nadaba a los pies de la líder en los primeros compases de la prueba.

Era en el paso por los doscientos metros cuando Ledecky subía el ritmo para desafiar a Titmus. La estadounidense se alzaba hasta la primera plaza y empezaba a construir una ventaja de entre tres décimas y medio segundo sobre su rival. Sin embargo, la australiana aguantaba a la perfección en su momento crítico de la carrera y nunca le perdía la cara a la prueba.

Titmus tenía fuelle reservado para los últimos cincuenta metros. Obligaba a Ledecky a meter pies, pero no en la lucha por un récord, sino por la victoria. La estadounidense abría una ventaja de seis décimas, pero a Titmus le quedaba su gran baza, el sprint. En él, apretaba para pasar como un ciclón a una Ledecky que pagaba el desgaste previo y se veía relegada a una muy atípica para ella segunda posición.

En otra lucha, la del bronce, Leah Smith iba de menos a más para pasar en la última brazada a una Ajna Kesely que había mantenido la tercera plaza durante toda la prueba. Con 4:01.29, Smith superaba por apenas dos centésimas a Kesely para subir al podio.