Redacción – El título de Monterrey se escribió entre promesas pendientes y un largo ayuno de casi una década de haber levantado su última Liga. Con esto fue como Rayados logró su quinta estrella, al vencer 4-2 en tanda de penales a un América que tenía todo para coronarse en el Estadio Azteca.
Mohamed cumplió lo dicho en 2013 a su hijo Farid, quien perdió la vida en un accidente automovilístico durante el mundial de Alemania, mientras que Rayados alzó una nueva liga desde el Apertura 2010.
Los visitantes tuvieron que luchar desde el inicio, pues fue borrado desde el minuto uno. Con un planteamiento defensivo y una línea baja conformada por cinco zagueros, lo que le permitió al equipo de casa ser dueño del centro de la cancha dominada en su mayoría entre Richard Sánchez y Guido Rodríguez.
Con apenas cinco minutos, Renato Ibarra asistió desde el costado derecho a Federico Viñas, quien recibió, dio media vuelta y enganchó hacia el centro del área. Ante la presión de los defensas remató potente de zurda y su disparo se estrelló en el poste izquierdo, para luego incrustarla en la red.
América fue más desde la anotación, encerraron al adversario en su cancha y los hicieron ver mal, principalmente cuando se juntaban Guido y Sánchez y comenzaron a repartir la redonda a Roger MartÍnez, Ibarra y Benedetti.
Un segundo tanto del local hizo vibrar inmueble al minuto 25 con la anotación de Roger MartÍnez, pero todo fue echado abajo por una polémica mano en el centro del campo de Richard, lo que generó el enojo del lugar y de la banca.
Pese al empate Rayados no pudo generar. No fueron capaces de crear jugadas ofensivas y Rodolfo Pizarro fue borrado como el enganche que intentó acompañar a los delanteros en tres cuartos de cancha.
Una vez más todo quedó en silencio al minuto 42, luego de un centro desde el costado y que fue mal rechazado por Miguel Layún, quien dejó la redonda a Richard Sánchez, quien con toda la tranquilidad y con un remate suave al ángulo izquierdo venció a un Marcelo Barovero, que frustrado y sin opción observó el tanto de la remontada.
El videoarbitraje no dio una sola buena al cuadro capitalino y ante un posible penal de Vangioni sobre Guido Rodríguez, César Arturo Ramos Palazuelos determinó que no existía ninguna acción qué castigar.
Los azulcrema se convirtieron en un vendaval. En campo contrario apenas existía rastro del equipo que puso en predicamentos al Liverpool en el Mundial de Clubes y en el banquillo un Mohamed que contaba los largos minutos para ir al vestidor e intentar recomponer las cosas.
La segunda mitad dio un giro para los regiomontanos con la salida de Pizarro y el ingreso de Vincent Janssen, quien se convirtió en el elemento ideal que requería su escuadra para tomar la iniciativa y comenzar a construir jugadas de peligro.
El holandés volvió locos a los rivales e incluso Benedetti jaló al delantero como si se tratara de una jugada de futbol americano.
América comenzó a dejar espacios, la velocidad mostrada durante la primera mitad se perdió con el correr del encuentro, mientras que Pabón, Janssen y Rogelio Funes Muri tocaban constantemente a puerta.
Después de 75 minutos de sufrimiento, en los que parecía que todas sus esperanzas se iban, vino un error de Jorge Sánchez, quien no atinó a despejar un centro y Dorlan centró para Funes Mori que estaba sin marca dentro del área y con un tiro seco igualó el global.
Con el marcador empatado comenzó a destacar la labor de un Carlos Rodríguez que tocó, deleitó con algunas acciones de lujo al recuperar la redonda y también se animó a rematar a puerta, pero gracias a Guillermo Ochoa los emplumados se mantuvieron con vida hasta el tiempo extra.
Las dos escuadras afrontaron la última media hora con amor propio, el cansancio físico estuvo presente en las plantillas que aplazaron la final durante 19 días y hacían aguardar a un trofeo que esperaba en las vitrinas de la Liga MX a ser grabado.
Luego de 30 minutos de estrés y de mantener a los seguidores al borde del asiento todo se tuvo que determinar en tiro penales,
En tanda de penales fallaron los hombres que no tenían margen de error y que mermaron la confianza del sector azulcrema, Nicolás Castillo y Guido Rodríguez, líder del centro de la cancha y quizá el mejor hombre de la temporada, fueron los que fallaron sus disparos.
Monterrey hizo lo suyo, Barovero atajó el primero, mientras que Funes Mori, Jansen y Vangioni terminaron por elevar a su escuadra a lo alto del podio y sellar un semestre con una liga y un tercer lugar en el Mundial de Clubes.