Redacción – El Real Madrid venció al Espanyol en un partido que resultó más complicado de lo que se esperaba.
El equipo blanco no fue ni de lejos el que pasó por encima de la Roma. De hecho, fue pitado en la segunda mitad por la desidia que mostraron los de Lopetegui durante muchos minutos.
Eso no le gustó a la grada de un Bernabéu que esperaba otro espectáculo de los suyos como ante la Roma y acabó sufriendo, pidiendo la hora.
Al Madrid le salvó de ese pasotismo el VAR que acabó siendo decisivo para que se llevase los tres puntos. El videoarbitraje corrigió a Mateu Lahoz que invalidó un gol de Marco Asensio por fuera de juego. El colegiado rectificó por indicación del VAR y acabó variando su decisión y concediendo el 1-0 en el minuto 43. Esa acción fue clave porque gracias a eso, el Madrid se llevó el triunfo.
Una victoria marcada por el cansancio del partido de Champions que se notó en el Madrid a pesar de las rotaciones de Lopetegui que dio descanso a Kroos, Bale y Marcelo. Unos cambios que le funcionaron durante el arranque del duelo donde el Madrid fue superior a un Espanyol cerrado atrás. Odriozola, que debutaba, hacía de Marcelo, pero por la derecha y el Madrid creaba mucho peligro, pero sin concretarlo en gol.
El Espanyol aguantaba atrás esperando su oportunidad y la tuvo al cuarto de hora con un disparo de Piatti que rechazó Courtois, que volvió a la titularidad. Fue el primer aviso para el Madrid de que el partido no iba a ser coser y cantar.
Los de Lopetegui dieron un paso atrás y el encuentro bajó de ritmo, pero con el Madrid mandando y el Espanyol aprovechando los fallos blancos para acercarse a la meta de Courtois.
El Madrid pisó el acelerador en la recta final del primer acto y volvió a crear ocasiones de gol hasta que llegó el minuto 41 cuando marcó Asensio. Mateu Lahoz lo anuló por fuera de juego, el VAR rectificó y dos minutos después, el Madrid celebró el 1-0 con el que se llegó al descanso.
La segunda mitad comenzó con el Madrid mandando, dispuesto a dejar cerrado el encuentro, pero seguía sin encontrar el camino del gol. Los minutos iban pasando y ni la entrada de Mariano y Lucas Vázquez reactivaron a un Madrid que se dedicó a sestear, a pensar que ya lo tenía todo hecho. El último canto de cisne del Madrid fue un cabezazo de Ramos que paró Diego López. Fue la respuesta blanca al larguero de Borja en el minuto 65, la mejor ocasión ‘perica’.
La actitud del Real Madrid enfadó mucho a la afición que no dudó en pitar a los de Lopetegui por lo que estaban haciendo sobre el terreno de juego. Al Espanyol se le abrió el cielo y fue a por el partido con todo lo que tenía. Los ‘pericos’ presionaron, provocaron los errores de unos jugadores blancos desconectados por completo.
El Madrid acabó pidiendo la hora para sumar tres puntos ante un Espanyol que hizo méritos más que suficientes como para sumar en el Bernabéu. Una ocasión desaprovechada por un conjunto que promete mucho ante otro, el Madrid, que tras las luces de Roma vio las sombras de la Liga