Redacción – El Real Madrid ganó al Leganés en la ida de los octavos de Copa que le deja prácticamente en los cuartos de final. Un triunfo amplio que sirve para disimular la crisis, pero no la esconde. El equipo blanco sigue con un fútbol muy justo aunque ante el Leganés mejoró su actitud con la entrada en el equipo de jóvenes como Odriozola, Valverde o Reguilón que le pusieron más sangre, más carácter que los habituales. Aunque sólo con eso, poco se puede esperar de un Real Madrid que continúa dando pobres sensaciones en el presente y, sobre todo, pensando en el futuro inmediato.

Los de Solari, eso sí, no se podrán quejar mucho del árbitro ni del VAR tan denostado por el madridismo el pasado domingo por el partido ante la Real Sociedad. Ante el Leganés, los blancos se adelantaron en el marcador gracias a un penalti de Gumbau sobre Odriozola de los de que generan más dudas que otras cosas. Gil Manzano lo pitó y del VAR, sin noticias.

Una acción dudosa que acabó en los 11 metros que no pareció un penalti tan claro como otro sobre Odriozola minutos antes en el que ni Gil Manzano ni el VAR concedieron y que en el campo pareció más que el que sí se señaló.

Fuese como fuese, Sergio Ramos lo transformó para poner el 1-0 en el minuto 44 para aliviar a una afición blanca que comenzaba a torcer el gesto por lo que estaba viendo en el campo. El Madrid comenzó bien, pero no marcaba ante un Leganés que poco a poco se fue creciendo y tuvo ocasiones muy claras para batir a Keylor Navas que evitó el tanto visitante con una buena parada. El Bernabéu temía otra noche para olvidar que alivió el gol de Ramos antes del descanso lo que llevó la tranquilidad a un estadio medio vacío con la peor entrada de la temporada: 44. 231 espectadores que desafiaron al frío de la noche madrileña.

La segunda mitad comenzó con un ritmo más bajo que la primera, con el Leganés muy retrasado ante un Real Madrid que quería, pero no podía y acabó por bajar tanto sus revoluciones que nada invitaba a pensar en que el encuentro acabaría en una victoria contundente de los de Solari. Todo cambió en el minuto 68 cuando Bustinza, el defensa del Leganés, poco menos que le regaló el gol al Madrid. Sacó mal el balón y lo aprovechó Benzema que se la dio a Vinicius que le regaló el gol a Lucas Vázquez que marcó el 2-0.

Ese tanto le hizo mucho daño a un Leganés que se vino abajo. Los blancos vieron el cielo abierto con ese tanto y al actitud de los de Pellegrino y fueron a cerrar la eliminatoria. Algo que llegó en el minuto 77 con el 3-0 de Vinicius. Fue la última acción del brasileño que le dio a alternativa a Brahim Díaz que debutó sólo dos días después de haber sido presentado en el Bernabéu.

La noche era muy plácida para un Real Madrid en el que Solari hizo entrar a Cristo en la recta final del encuentro y también le dio casi 25 minutos a Isco para que le demostrara que puede contar con él. El andaluz le puso más ganas que ante la Real Sociedad, pero habrá que ver si eso es suficiente como para que Solari piense en él para jugar este fin de semana ante el Betis en un difícil encuentro para los blancos con una plaga de lesiones musculares.

El Leganés, por su parte, quiso reaccionar y buscó el gol que le diese vida en la eliminatoria.

Estuvo cerca de lograrlo, pero entre la mala puntería de los de Pellegrino y Keylor Navas evitaron que los ‘pepineros’ pudiesen entrar en la eliminatoria copera.

El encuentro acabó con el Madrid buscando más goles pero no hubo más y los blancos se acercan muchísimo a los cuartos de final de la Copa del Rey. Los blancos le dieron un capotazo a la crisis, al menos hasta el domingo.