Redacción – La reacción del Barcelona en la última media hora, con un gran Messi reservado de entrada, no bastó al Barça para completar una remontada que habría tenido un tono épico ante un enorme Athletic.
Un gol de Munir a pase de Leo salvó un punto a poco del final, después de que en el primer tiempo De Marcos avanzase a los leones en una jugada de despiste global de la zaga azulgrana.
Dos postes, uno de Coutinho y uno de Messi, contribuyeron decisivamente a que el Barça entre en una dinámica muy peligrosa, aunque al final estuvo más cerca de la remontada que del segundo del Athletic, conforme con el empate al haberse desgastado mucho en un gran primer tiempo.
Un Athletic enchufado y con las ideas muy claras exigió muchísimo al Barça, impreciso y por momentos superado en la primera parte, pero que casi dio la vuelta al partido en un vibrante tramo final, cuando acabó encerrando a los vascos.
El conjunto azulgrana reaccionó tarde y seguramente hizo muchas cosas mal a lo largo del partido, pero es lícito quedarse con las buenas sensaciones de su reacción final pese a lo que ya se ha convertido en una auténtica sangría de puntos en la Liga.
El reajuste anunciado por Ernesto Valverde consistió en cierto modo en un regreso al escenario táctico de la pasada temporada, ya que Coutinho salió como falso extremo y se movió mucho entre líneas en lo que fue prácticamente un 4-4-2. Sergi Roberto, que se retiró víctima de una lesión muscular, jugó, además, en la posición de medio centro ante la rotación de Busquets, con Rakitic más avanzado, cerca de Coutinho. Pero, para que el brasileño, muy detallista de entrada para irse apagando, jugase donde más le gusta, el sacrificado no fue Dembélé, como era de esperar, sino Messi.
Porque Leo entró también en las rotaciones pensando en Londres. El Athletic, como ya esperaba Valverde, fue un incordio mordiendo arriba y puso en práctica una fuerte presión hombre a hombre por todo el campo, pese a tener que hacer un cambio a los veinte minutos por lesión muscular de Iñigo Martínez.
Atacaba la salida de balón y aprovechaba las recuperaciones para inquietar a Ter Stegen, forzado a pasar en largo o incluso a jugársela cerca de la línea de gol. Con la zaga barcelonista pillada a menudo descolocada, probaron suerte Williams, que tiró alta una vaselina, y Beñat, que obligó al meta azulgrana a rechazar a córner.
Al Barça le costaba pensar lo suficientemente rápido como para sacar el balón en condiciones. Y, en el caos, surgió Arturo Vidal para evitar que Iñaki Williams abriese el marcador obligándole a perder el balón cuando ya había driblado a Ter Stegen. El chileno, con buenos minutos en el primer tiempo, lanzó un pase interior y vertical a Luis Suárez en la mejor ocasión azulgrana del primer tiempo. Unai Simón rechazó con problemas.
A pesar de esa ocasión del uruguayo, que también tiró una falta en ausencia de Messi y remató al muñeco antes del descanso, el Barça inquietó poco a un Athletic intenso que puso el Camp Nou patas arriba a poco del descanso, cuando De Marcos surgió en el área si marca y aprovechó un gran pase de Susaeta, que centró desde la izquierda con muy poca oposición, tomándose todo el tiempo del mundo, mientras la defensa del Barça al completo pensaba que el choque estaba interrumpido por un choque entre Dembélé y Raúl García.
Poco tardó Valverde en poner en liza en la segunda parte a Sergio Busquets, en el sitio de un Sergi Roberto atormentado por Raúl García, y Messi, que subió de golpe las revoluciones del ataque barcelonista. Una volea de Countinho al palo que Luis Suárez trató de cazar fue un aviso y Messi tuvo una falta desde su distancia preferida.
Uno de ellos, De Marcos, rechazó de cabeza el tiro de Leo cuando ya bajaba a portería tras su parábola. Otro poste, esta vez a tiro de Messi, dejó claro que al Barça había empezado a salirle todo al revés, hasta que Munir, solución de emergencia por un alocado Dembélé, remató a gol un gran centro de Messi, que había convertido en ocasión de gol un mal pase de Luis Suárez, muy luchador pero gafado, que después marcó a pase de Piqué pero en claro fuera de juego.