Redacción – 64-0 es el resultado para la historia. O para el debate propio en un waterpolo que ahora se pregunta si era necesario un Mundial femenino de 16 equipos. Hungría propinó a Corea del Sur la mayor paliza de la historia en un Mundial con un resultado que refleja no solo la distancia técnica y física entre ambos equipos, sino también ciesrto ensañamiento del equipo europeo, que presionó en deensa durante todo el partido y marcó un promedio de dos goles por minuto con un 90 por ciento de efectividad.
Corea no tenía experiencia ni tradición y se notó. Armó un equipo con prisas, en el que solo la portera tenía experiencia previa en este deporte. El resto son nadadoras reconvertidas que ante Hungría apenas pudieron lanzar dos veces a la puerta contraria en todo el partido. Perdían el balón fruto de la presión hñungara y recibían un tanto., Esa fue la historia interminable del 64-0.
Es la mayor paliza de la historia de este deporte en competiciones que organiza la FINA, superando un 62-0 en una Universiada 1985 de Yugoslavia a Guatemala. La FINA quería al equipo anfitrión en el programa, pero quizás no fue una buena idea. Los parciales de los cuartos lo dicen todo: 16-0, 18-0, 16-0 y 14-0.
El resultado escuece, por ilógico e innecesario. El ex internacional español y hoy entrenador Dani Ballart habló claro en Twitter: “Lo comenté en el Europeo del pasado verano cuando Turquía sufrió 99 goles en tres partidos y su capitana rompió a llorar después de jugar contra nuestras chicas. El formato de competición no es correcto. Holanda hoy ganó 33-0 a Sudafrica. Otro error. Competir 16 equipos es un disparate”.