Redacción – Tuvo que venir un niño de 18 años a salvar la temporada. Vinicius Junior se convirtió en el primer jugador nacido en el siglo XXI en marcar un gol con la camiseta del Real Madrid, que ayudó a rescatar a un equipo casi desahuciado.
El brasileño abrió el marcador en la tardía, y sufrida, victoria del Real Madrid por 2-0 sobre el Valladolid y con ello lo devolvió a la pelea por la Liga.
Santiago Solari no vino acompañado de una caja de refuerzos. Tampoco podía dejar en manos de gente con poca experiencia la delicada tarea de sacar al equipo de la peor situación en la que se ha visto en más de diez años, o ‘señalar’ a algún peso pesado condenándolo a la banca sin darle el beneficio de la duda.
Salvo los cambios en defensa obligados debido a las lesiones de Raphael Varane, Dani Carvajal o Marcelo, salió con los mismos que han llevado el barco a pique. Y jugaron a lo mismo. Inercia, o tal vez cansancio.
La influencia en la actitud de los jugadores de Santiago Solari, hasta hace nada, técnico del Castilla, se notó solo en los impetuosos Vázquez y Vinicius, a los que tuvo que recurrir en la recta final para intentar salvar la temporada.
Valladolid se pudo llevar el partido, en caso de haber tenido un poco más de fe en sí mismos. Solo un poco más.
La primera llegada de peligro corrió a cuenta de los pucelanos. Fue producto del primer error grave en defensa del Real Madrid y que, en turno, despertó la primera gran rechifla. No fue una intervención milagrosa de Thibaut Courtois la que salvó al equipo de una desventaja tempranera; fue un tiro demasiado elevado. Cinco minutos después, cuando su zaga lo había dejado vendido, lo salvó, de nuevo, la falta de tino del Valladolid.
En 45 minutos, Real Madrid, que solo funcionaba gracias a las descolgadas por banda de Odriozola y Reguilón, apenas había dado sensación de peligro.
La grada ya no sabía a quién recriminar con más coraje. Si a Ramos, casi en cada toque, o a Bale y Asensio, ambos repudiados al salir de cambio en la recta final. Hasta ese momento, Madrid apenas había dado señales de vida con un disparo lejano de Casemiro.
En esas estaban cuando apareció el adolescente al que Solari tuvo que encargar la supervivencia del Madrid. El mismo al que Lopetegui había querido llevar paso a paso. Con hambre. Y el ‘coraje’ que pidió el argentino, Vinicius solo se abrió paso y, solo, intento batir a Masip. Se atravesó Kiko Olivas, para marcar el 1-0 en su propia puerta.
Estalló el Bernabéu. Con cinco minutos por jugarse, el primer jugador nacido en el siglo XXI en marcar con el Real Madrid acababa de salvar la campaña.
Dos minutos después, Benzema aportó su granito de arena al conseguir un penal que con maestría cobró Ramos para el 2-0 que maquilla todos los males crónicos de las ‘vacas sagradas’. Sea debilidad en defensa o falta de gol.
La «gran desproporción entre la calidad de la plantilla del Real Madrid, que cuenta con ocho jugadores nominados al próximo Balón de Oro, algo sin precedentes en la historia del club, y los resultados obtenidos hasta la fecha» que le costó el puesto a Julen Lopetegui todavía «existe». Lo único que ha cambiado es que se han quedado sin paraguas. Y la lluvia arrecia.