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martes, abril 16, 2024
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Un Atlético con más coraje deja a la Juventus al borde de la eliminación

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Redacción – Diego Simeone había pedido a la afición una noche memorable, y ésta respondió. Un ambientazo como en pocos estadios en Europa. Una noche para colocar piedras en ese muro de intimidación que era el Vicente Calderón. El Cholo había solicitado a los suyos la mejor versión. Y los suyos respondieron. Un Atlético serio, un equipo como el que temporadas atrás sembraba miedo en Europa y se quitaba de en medio, a base de coraje, corazón y juego, a equipos como Bayern, Milan, Barça… Una de las mejores imágenes de la temporada para qué engañarse, por lo menos en los primeros 45 minutos, ante un rival potente y con un abanico de recursos como pocos.

Una imagen que se ha echado de menos en muchos partidos este año, especialmente en los de LaLiga. O en el de Brujas, donde al Atlético le faltó espíritu para no meterse en este marrón de eliminatoria a doble partido contra la Juventus. En cualquier caso, una prueba de que este equipo rojiblanco es mucho más que lo visto en Vallecas o en otros partidos horribles. Y no se trata de jugar bonito, sencillamente de jugar bien, con intensidad, con alma, con fe, pero también con fútbol, con sentido, con criterio. ¡Cómo se jugó ante el campeón italiano! El esfuerzo y la fe de los rojiblancos es el mármol con el que se cincelan los sueños eternos de la Champions.

Espectacular el Atlético de las mejores noches, en un partido mágico, con un ambiente feroz. Un ejercicio de fe que demuestra que el equipo rojiblanco venderá cara la final del Wanda Metropolitano, la suya. El sueño de la Champions sigue muy vivo con un increíble y épico Atlético. Con un 2-0 puede no ser suficiente porque quedan 90 minutos en Turín, pero el trompazo anímico que le pegaron los Costa, Godín, Giménez y compañía a los de Cristiano no debe ser fácil de asimilar.

Arrancó el partido con una plancha de Matuidi a Griezmann en el área, de la que pasó olímpicamente el colegiado Zwayer. Primera señal de peligro de un colegiado que acto seguido, amonestaba a Costa por adelanterse un poco en una barrera (que le impedirá estar en la vuelta) y que en la siguiente jugada no veía amarilla clarísima a Sandro, que cortaba una contra del propio Costa.

Salió la Juventus con determinación y peligro. Oblak salvaba los muebles a los ocho minutos tras un misil tierra-aire de Cristiano en una falta al borde del área. Acto seguido, Chiellini marraba un cabezazo en el saque de un córner con todo a su favor. Simeone no se lo podía creer, porque en los últimos días, mucho del trabajo táctico fue encaminado a evitar este arma juventina. Y sin embargo, una simple pantalla de su compañero Bonucci, le servía al central para rozar el primer tanto.

El Atlético no se amilanaba. La decisión de sacar a Costa en vez de a Morata tenía sentido. El hispano-brasileño bajaba balones para segundas jugadas e intimidaba. La primera ocasión colchonera, casi al cuarto de hora, un disparo raso de Thomas, que Szczesny detenía seguro abajo. El arranque del ‘19’, salvando la tontería innecesaria de la tarjeta, fue prometedor.

El equipo colchonero sufría en los centros laterales, como en toda la temporada. A los 22 minutos, Álex Sandro ponía un balón en el corazón del área y Mandzukic se elevaba como un pivot para rematar por encima de todos. El partido vibraba de área a área. Una buena jugada trenzada acababa con un derribo de De Sciglio a Costa. Al inicio parecía dentro del área, pero tras la revisión se veía que era fuera. Eso sí, de la tarjeta al internacional italiano, ni mención. Griezmann sorprendía con un disparo directo que Szczesny tenía que sacar no sin apuros. El peligro iba de un sitio a otro. Dybala, muy vigilado en esta primera media hora, lo intentaba desde fuera del área y Oblak atajaba, aunque el balón iba con muy mala idea botando antes de llegar a su zona.

La segunda mitad arrancó con una Juventus más dominadora, con un ritmo más bajo de juego y por consiguiente con más control, con dos disparos de Cristiano y Pjanic. Pero era curiosamente en este tramo cuando Atlético se encontraba con las ocasiones más clara. La primera. Un pase en profundidad de Griezmann dejaba a Costa en carrera con Bonucci, le ganaba en carrera y se plantaba solo ante Szczesny, pero tan justo de fuerzas que la energía que utilizaba para bracear al italiano, era la que precisaba para colocar el balón a un lado, la pegaba horrible y se iba fuera.

Y acto seguido el propio Griezmann le hacía una vaselina a Szczesny, que tocaba el balón lo justo para que se desviase y diese en el larguero. El rechazo le caía a Chiellini que la mandaba fuera cuando ya le caía el balón al galo y a Costa, que estaban atentos.

Era la última acción del hispano-brasileño, que se vació con pundonor y dio una lección de compromiso. Lástima de ese gol que tuvo en sus botas. Será una baja importantísima en la vuelta. Simeone rotó más piezas. Se marcharon Thomas y Koke, que volvía tras lesión y también se vació. Entraron Lemar y Correa, el pivote se quedó para Rodrigo y Saúl. Las bandas, para los recién internados. En la Juventus entraba Emre Can por un Pjanic que era el mejor juventino sobre el césped.

Y otra jugada clave, Morata marcaba en el 71, de cabeza, pero el colegiado lo anulaba, tras revisión del VAR, porque había empujado a Bonucci en la acción previa. De todas las imágenes pasadas por televisión sólo en una se veía el empujón, pero desgraciadamente era meridiano.

Los mejores momentos del Atlético, que percutía y percutía. Y llegó. Giménez, en un saque de corner, rebañaba el balón a ras de césped, cuando el esférico había caído delante de él, para poner el 1-0 que hacía justicia. Esta vez no hubo VAR que valiese y no será porque la Juventus no lo intentó. Estaba noqueado el cuadro italiano y el Atlético daba un nuevo zarpazo. Jugada de nuevo a balón parado, una serie de rechazos y Godín, sin apenas ángulo la pegaba con la derecha. Qué partidazo de los dos uruguayos, de los dos centrales, impecable.

La Juventus tuvo alguna hasta el final. Un paradón de Oblak, marca de la casa, a tiro de Bernardeschi y un cabezazo alto de Cristiano.

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