Hace una semana el América se hizo un homenaje en Puebla y siete días después se acribilló así mismo al caer contra el Toluca por 2-1, en el estadio Nemesio Díez, por errores propios.
Los escarlatas habían invocado hasta a hombres del pasado, como José Saturnino Cardozo que estuvo en el estadio, para frenar al «temible» América, que venía de anotar 11 goles en los cuartos de final contra el Puebla.
La goleada contra La Franja despertó el optimismo del pueblo azulcrema, que inocentemente pensó que podía repetir la fórmula contra el Toluca y hasta sacar la espina de aquel 6-0 que le propinó el escarlata, con Cardozo, por allá del 2003.
El problema es que los jugadores no conectaron con las ideas de sus seguidores. En el ataque, Zendejas y Valdés no carburaron como otros juegos y Henry Martín no mostró la puntería de otros días.
La caída la consumó el Toluca, pero fue conjurada por los mismos jugadores del América. En el primer gol, que anotó < b>Haret Ortega, Guillermo Ochoa quedó fuera de escena y eso sirvió para que el Nemesio Díez festejara el 1-0.
En el segundo, el naciente ídolo, Emilio Lara, enseñó la novatez y provocó un penal a favor del Toluca. Inocente. Leo Fernández aprovechó el regalo e hizo el 2-0.
Las Águilas estuvieron a punto de regresar con nada en las manos, cuando los Diablos Rojos hicieron el 3-0. El VAR entró al rescate y anuló el gol por un fuera de lugar de Camilo Sanvezzo.
Entonces, cuando estaba todo perdido, peleó el América. Se recuperó Lara con el 2-1 y Toluca se echó para atrás.
Era la noche del Toluca y no del América, que ahora padeció la falta de puntería para empatar el marcador en los últimos minutos y necesita ir al Azteca para remontar un 2-1 a favor de los escarlatas.
