Redacción – La séptima de Tigres se escribió de las manos del Nahuel Guzmán. El argentino de convirtió a lo a lo largo de la Liguilla en el mejor hombre del equipo y gracias a sus vuelos y rechaces el club borda una nueva estrella luego de empatar sin goles en la final de vuelta ante León, pero ganando por marcador global de 1-0 en una serie que tuvo poco futbol y en la que el ganador no fue el mejor de la serie.
El Estadio León vistió sus mejores galas para buscar la hazaña. La afición alentó durante 90 minutos y el inmueble se hizo sentir para intentar remontar a una plantilla con un amplio recorrido en fases finales.
Desde los primeros minutos el cuadro local intentó con un estilo ofensivo. Incluso la polémica se presentó en la cancha luego de que Hugo Ayala tirara dentro del área a Joel Campbell. El VAR no apareció, ni el árbitro César Arturo Ramos intentó consultar la acción.
El regreso de Rubens Sambueza le dio a la plantilla otra dinámica, buscaron un estilo más explosivo a través de las bandas y el encuentro se convirtió en una lluvia de centros.
La acción de mayor peligro en los primeros 45 minutos fue de William Tesillo, quien intentó de cabeza tras un tiro libre, pero la redonda terminó en manos de Nahuel.
Andrés Mosquera estuvo a punto de convertirse en el héroe tras un remate desde afuera del área que golpeó la base inferior del poste izquierdo.
La obligación de lograr el tanto llevó a Ignacio Ambriz a sacar a Ramiro González y meter a Vinicio Angulo, quien en los primeros minutos de su entrada tuvo un remate de cabeza que fue directo a Nahuel.
Los regiomontanos jugaron su estilo, renunciaron al ataque durante la segunda mitad y elevaron los muros para impedir cualquier daño a su portería. Todo resultó ante una ofensiva que tomó la pelota y se dedicó a tirar centros con tal de buscar que un balón fuera al objetivo deseado.
Guzmán se lució con dos atajadas en menos de un minuto. Primero atajó un disparo raso de Jean Meneses y posteriormente Angulo realizó un cabezazo, pero el argentino realizó un manotazo que hizo lamentar a las gradas.
La noche fue para el sudamericano, quien opacó a André-Pierre Gignac y a Enner Valencia, que falló un mano a mano ante Rodolfo Cota, lo que hubiera significado matar al rival 10 minutos antes del pitazo final.
León volcó a todos sus elementos al área rival, pero por arriba siempre estuvo el N° 1, el arquero que le gusta ser odiado por las barras rivales y que con cualquier método permitido logra su objetivo.
Tigres se coronó campeón del Clausura 2019 y hace más grande el legado que han logrado bajo el mando de Ricardo Ferretti, quien en sus palmarés suma siete títulos de Liga.