Redacción – Neymar sabe que no será una empresa fácil abandonar la ‘cárcel de oro’ en la que se ha convertido para él el Paris Saint Germain, ya que no tiene cláusula de rescisión. Pero los abogados del brasileño hace tiempo que estudian la reglamentación de la FIFA, en busca de una vía legal para poder rescindir el contrato que firmó en 2017 con el PSG. Y esa vía legal existe y ya hay diversos precedentes que han sentado jurisprudencia. Neymar podría acogerse al artículo 17 del reglamento FIFA sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores, que desde el año 2001 permite que un jugador rescinda su contrato con un club de forma unilateral, aunque sea sin lo que se denomina una causa justa. En este caso, el precio de la rescisión lo determinaría en primera instancia la FIFA y los abogados de Neymar, hechas las pertinentes consultas, lo cifran en unos 170 millones. Fuentes jurídicas especializadas en este tipo de casos confirmaron a MD que Neymar el próximo verano puede abandonar el PSG acogiéndose al artículo 17, previo pago de la indemnización correspondiente.
Hay algunos precedentes en los que los letrados de Neymar se pueden apoyar para forzar una salida del club aunque sea con la oposición del PSG. El ‘caso Webster’ (2008) y el ‘caso Matuzalem’ (2009) son los dos precedentes que sentaron jurisprudencia y que siempre ponen como ejemplo desde el sindicato de jugadores FIFPRO.
Neymar cumplirá a partir del próximo verano los requisitos para poder efectuar esa rescisión sin ser sancionado ni él ni el club que le fiche, ya que la FIFA no contempla sanción si el jugador se encuentra fuera de lo que se denomina el periodo protegido. Se refiere a tres temporadas o tres años, lo que ocurra antes, si el futbolista firmó el contrato siendo menor de 28 años. Si lo firma siendo mayor de esa edad, el periodo protegido se reduce a dos temporadas. El otro requisito es no haber renovado el contrato inicial en ese periodo, un factor que también cumple el brasileño.
El próximo verano Neymar saldrá del periodo protegido, ya que cumplirá su tercera temporada en París y para poder acogerse al artículo 17 sin ser sancionado debería comunicar al PSG que rescinde el contrato dentro de los quince días posteriores al último partido oficial de la temporada de su club. Eso sería a principios de junio y dentro del actual ejercicio económico, otro factor a tener en cuenta.
Una vez comunicada al club la rescisión del contrato, sería la Cámara de Disputas de la FIFA la que determinaría la cantidad que debería abonar Neymar al PSG. En función de lo que se pagó por él, de los que años de contrato que restan, de lo que cobra y de diversas variables, la FIFA determinaría el importe exacto de su rescisión. Los abogados del brasileño calculan que será de unos 170 millones de euros.
Posteriormente, el PSG llevaría el caso al TAS, que debería revisar el importe establecido por la FIFA y podría ratificarla o variarla. En el caso de Matuzalem, por ejemplo, el TAS le hizo pagar al Zaragoza una cantidad muy superior a la establecida por la FIFA, mientras que en el de Webster la rebajó sensiblemente. “La decisión adoptada por el TAS es sumamente perjudicial para el fútbol, y es una victoria pírrica para aquellos jugadores y sus agentes que contemplan la idea de rescindir contratos antes de haberlos cumplido”, aseguró el entonces presidente de la FIFA Joseph Blatter. Pero el FIFPRO lo celebró y lo puso a la altura del caso Bosman