Redacción – Tras pilotar el MCL34 en el circuito de Bahrein para los test de Pirelli, el asturiano tomó un vuelo a Frakfurt y otro a Le Castellet para reencontrarse hoy en el circuito de aul Ricard con sus compañeros del Toyota Gazoo Racing a los que no veía desde que ganaron las 1.000 Millas de Sebring. Se trata de un test clave para preparar el Toyota Hybrid para las dos últimas pruebas el Mundial de Resistencia (WEC), las 6 Horas de Spa, donde ya Alonso, Nakajima y Buemi dispondrán de un match-ball, y las 24 Horas de Le Mans, donde esperan rematar la jugada.
Al llegar al circuito ha tenido un primer contacto con la prensa. Preguntado como era posible pasar de un coche del Dakar, un test de F-1 y ahora un LMP1 híbrido de resistencia y el lunes un Indycar ha reconocido que “es un reto, ya lo dije en Bahrein, cuando pruebo coches no se trata de diversión, se trata de poner todo mi esfuerzo. Todo esto es muy exigente y no es tan divertido como la gente piensa. Pongo mucho esfuerzo en cada cambio de especialidad que hago. Hoy me subiré en medio en un pit stop, en medio de un turno de Resistencia y no hay tiempo para adaptarte. debes recordar de inmediato los movimiento, dónde se enciende todo en el coche y tirar adelante para hacer una media buena que al final del día sirva para algo. No es diversión, es dedicación”.
Reconoce que “está siendo muy intenso. Si miro a Spa, hace un año, no tenía ninguna experiencia en resistencia, salvo la carrera de Daytona de 2018, pero sí me han pasado muchas cosas: dije adiós a la F1, he ganado en Le Mans, también en Daytona y mi carrera ha sido mucho más centrada en la resistencia que en la F1, de algún modo. Si miró el final de temporada 2018 con Suzuka, Fuji, Austin México, Brasil, China y Abu Dabi del tirón. Fue un gran reto y estos esfuerzo continuados son lo que han centrado este último año”.
No considera que haya terminado su proceso de aprendizaje en el WEC: “No, creo que sigo mejorando cada vez que me subo al coche, siempre hay elementos nuevos que probar, nuevo software, el desarrollo nos lleva a tener cosas diferentes de las que tuvimos en Sebring hace un mes. Siempre hay que actualizarse a uno mismo y cada vez que saltas al al coche se mejoran cosas”.
Sobre el gran reto de pasar de un F-1 a un LMP1 Hybrid en un día dice Fernando que “inicialmente no eres suficientemente eficaz conduciendo, este coche requiere un estilo de pilotaje específico, has de ser eficiente, has de ser suave con los frenos para regenerar mucha recuperación del sistema híbrido, muy preciso con el acelerador y no tener dudas en la salida de curva porque gastas gasolina para la siguiente recta, muy preciso, sin dudas. F1 te olvidas hay grip, potencia, gasolina. Aquí debes pilotar como se debe pilotar”.
Al respecto de la polivalencia dice que “he tenido la suerte de probar coches muy diferentes en los últimos años, incluso hice un test con una Honda de MotoGP y es muy interesante ver lo que cada coche es capaz de hacer en diferentes terrenos y me he sorprendido positivamente de cada uno. Hay que considerar el pilotaje de rallies en general de forma muy cuidadosa. Una cosa es hacer una prueba y divertirse y otra ir rápido. Es algo que tengo que evaluar en los dos próximos meses. De momento me centro en Spa, Indianápolis y Le Mans y hasta julio no voy a considerar nada del futuro”, puntualiza.
Preguntado por una posibilidad de Fórmula E a partir de julio asegura que “no, por el momento. Evaluaré las posibilidades que tenga en el verano para 2020. Mi prioridad son las carreras que tengo por delante ahora y ya pensaré en el futuro. Me quiero divertir e ir a eventos que sean lo suficientemente prestigiosos para ser interesantes. Hay muchas carreras y categorías y creo que para al gente hay algunas que no resultan interesantes y de las que no han oído hablar nunca. Hay que combinar lo que te puede divertir y lo que te puede dar prestigio en tu carrera”.