Redacción – Se acabó la cantinela de que el Barça nunca ha ganado en Old Trafford. El mítico campo del United no pudo tumbar al equipo azulgrana, pero la eliminatoria entre dos históricos del fútbol europeo llegará al Camp Nou viva. Ni Messi ni la mayoría de sus compañeros tuvieron en Manchester su noche más brillante, pero exhibieron oficio y resistencia y un autogol de Shaw a remate de Luis Suárez les bastó para volver a casa con una valiosa ventaja. Con un Piqué descomunal en su regreso a la que fue su casa, y contra un Manchester que poco o nada tiene que ver con aquel, el Barça resistió un partido gris,de choque, con más desgaste físico que magia, en el que impuso su oficio para atisbar ya las semifinales.

El conjunto de Valverde tiró de oficio para hacer buena una ventaja que puede ser buena. Comenzó dominando ampliamente, se echó atrás después del 0-1 y le faltó algo de frescura para rematar al United cuando lo tuvo contra las cuerdas y después, con un Piqué de nuevo imperial, resistió ante el empuje, poco clarividente, del Manchester. Y es que estos ‘diablos rojos’ van de rojo, pero por lo visto en esta ida de cuartos, diabluras las justas.

Como punto de partida, el United, con un esquema de cinco defensas, cedió el balón al Barça, de amarillo, de forma casi absoluta, esperando un chispazo de algún tipo y pendiente sobre todo de Messi, que pronto recibió un recado de Smalling, impune toda la noche, nada fortuito. En absoluto. Hubo chispazos ‘red’ tras pérdidas de balón de Busquets, con tarjeta antes de la media hora, o de Alba. Pero, sin que los locales hubiesen tenido tiempo de tomar las medidas al partido, el Barça ya había logrado el premio a su dominio, gracias a un autogol de Shaw a remate de Luis Suárez, junto con Coutinho objetivo continuo de los abucheos del público local. Uno y otro exhibieron, sobre todo, motivación.

No pudo escoger mejor escenario el uruguayo para reencontrarse con la eficacia ante puerta, aunque el tanto sea de Shaw en propia puerta, ya que su cabezazo no iba entre palos cuando tocó en el defensor. Busquets mandó un pase hacia Messi, cuyo centro fue cabeceado por el ‘nueve’ barcelonista y desviado a gol por el defensa. El VAR confirmó la validez del tanto después de que en primer lugar Rocchi hubiese pitado fuera de juego.

Con el 0-1, el Manchester tuvo que subir una marcha, con el jovenzuelo McTominay al frente, pero sin claridad de ideas. Bastó, sin embargo, para que el Barça, con un Busquets desorientado y fallón, retrocediese ante el empuje inglés. Ter Stegen y Piqué cortaron sendos balones largos muy peligrosos y el meta tuvo que lidiar con algún pase envenenado y despejó de puños un centro peligroso en uno de los momentos de acoso del United.

De Gea evitó el 0-2 a remate de Coutinho después de que Suárez aguantase el balón ante los centrales. Habría sido casi definitivo, pero el United llegó vivo a la segunda parte y regresó del vestuario reforzado, con Dalot convertido en un avión por su carril izquierdo.

Un chut desviado de Suárez tras gran pase de Semedo y una parada de De Gea a disparo de Alba coincidieron con los cambios que introdujo Valverde para recuperar el dominio: Sergi Roberto y Arturo para jugar un 4-4-2 claro con mayor equilibrio y proyección a la contra. El cambio táctico acabó de maniatar al conjunto ‘red’. Con Piqué manteniendo las líneas y Arturo metiendo la pierna todo lo que hiciera falta, el partido ya prácticamente tocó a su fin.