Redacción – La Juventus obtuvo una victoria plácida ante el Frosinone (3-0) y el miércoles afrontará con optimismo el partidazo de octavos (ida) de la Champions ante el Atlético en el Wanda. Marcaron Paulo Dybala, Leonardo Bonucci y Cristiano Ronaldo y los ‘bianconeri’ aumentaron a 14 puntos su ventaja al frente de la Serie A respecto al Nápoles, que el domingo recibe al Torino, pero más allá del resultado fue una noche perfecta para el equipo de Massimiliano Allegri por varios motivos.

De entrada la Juve recuperó a su tándem defensivo ya que Bonucci (ausente desde el 27 de enero ante el Lazio) y Giorgio Chiellini (sufrió también una lesión muscular el 30 de enero en la debacle copera contra el Atalanta) reaparecieron y demostraron estar preparados para el desafío ante el Atlético.

En segundo lugar Dybala, en su vuelta a la titularidad, se reencontró con un gol que se le resistía desde el 30 de noviembre y recuperó la sonrisa tras la polémica que protagonizó con el desplante de hace dos semanas al dejar el banquillo antes de tiempo al agotar Allegri los cambios ante el Parma. Fue un golazo el suyo. En el minuto 5, el argentino recibió de Cristiano Ronaldo y soltó un zurdazo desde fuera del área que entró por la escuadra,

Superado el cuarto de hora Bonucci marcó el 2-0 al empujar el balón sobre la línea tras rechazar el meta Marko Sportiello un remate de Mario Mandzukic en un córner. Para completar un partido redondo, Cristiano Ronaldo, que empezaba a desesperarse al comprobar cómo sus lanzamientos de falta y disparos no terminaban en gol, por fin marcó a la hora de juego al recibir desde la derecha de Mandzukic y, adelantándose al defensa, soltar sin parar un obús raso que se coló por el palo corto.

Un minuto después Allegri decidió reservarle y relevó al crack portugués, que abandonó el césped con una sonrisa de oreja a oreja entre la ovación de la afición. Nunca había encajado tan bien una sustitución. Su alegría estaba justificada ya que se consolidó como ‘capocannoniere’ con su 19º gol en la Serie A.

Fue la última imagen reseñable de un partido sin historia, controlado desde el primer momento por la Juve ante un Frosinone, penúltimo clasificado, que en contadas ocasiones se asomó en ataque y apenas inquietó al líder.