Era un juego intenso que se resolvió con goleada
Con goleada incluida, Barcelona se divierte y derrota al Athletic.
En San Mamés, en la Catedral del fútbol y ante un Athletic de Champions League, el Barcelona logró un triunfo de prestigio que avala y termina de coronar un campeonato perfecto.
Quienes en algún momento pensaron que el choque sería un colofón festivo equivocaron sus sensaciones.
Resultó un choque intenso, de muchas revoluciones, como si hubiera algo o mucho en juego.
Lewandowski, con su doblete, puso sentido a una última jornada que estorbaba, que llegó incluso a enojar a un Flick que no entendía ni el día elegido ni el horario.
También se entienden porque un chaval descarado, un Lamine Yamal siempre activo y competitivo, corretea en cualquier campo, desafiando con el balón a quien sea.
Le silbó la grada con hostilidad y trató de sacarle de quicio Yuri. No lo lograron.
SIGAN NUESTRO CANAL DE YOUTUBE DANDO CLIC A ESTE ENLACE

ENTUSIASMO DE LOS DOS EQUIPOS
Antes, la Catedral atronó dos veces. Una para despedir a una ya leyenda rojiblanca como De Marcos y la otra, para pitar al Barça cuando atravesaba un merecido pasillo.
Los entendidos en fútbol, y en San Mamés abundan, no suelen discutirlo. Esta vez, sí. Flick ya sabe cómo rugen los leones.
Valverde, aquel entrenador que ganó dos ligas seguidas y que fue despedido estando el equipo líder en la tercera, le observaba.
En el inventario de la primera parte constará algunas cosas relevantes.
Más que jugadas reseñables, el entusiasmo de los dos equipos por quedar bien hasta el final se impuso.
Con esa autoridad de todo el campeonato, el Barça controló el juego y las pulsaciones. Fabricó ocasiones y acertó las más claras.
Las dos de Lewandowski, una solucionada con una vaselina, y la otra de certero cabezazo a boca de gol. Todos en dos minutos
AROMA DE DESPEDIDA
Flick no repartió minutos como premios como se esperaba. Como si fuera un choque trascendente, mezcló titulares y presuntos titulares con un único suplente como Iñaki Peña, que en su día figuraba en todos los onces.
Una decisión con aroma de despedida. El portero alicantino intervino poco pero sintió el peligro del Athletic. Un par de remates salieron desviados por poco.
El Athletic llegó a reclamar un inexistente penalti de Maroan.
La segunda parte arrancó con una invitación de Raphinha para que Lewandowski celebrase un ‘hat trick’ que hubiera inquietado a Mbappó. El delantero polaco falló lo impensable.
De inmediato, la respuesta del Athletic que abortó Iñaki Peña y el linier señalando fuera de juego. No, no estaban de vacaciones aún.
Lamine, por supuesto que no. En una ocasión robó un balón y disparó desviado.
CONTRAGOLPE
Viéndole disfrutar, Nico Williams le plantó cara, le birló otro balón y a punto estuvo de marcar al contragolpe.
Athletic y Barça brindaban un fútbol por el que merecía la pena haber pagado un dineral.
Empeñado, Lewandowski quería por la guinda, pero se le resistía.
Por que falló en alguna ocasión y porque Yuri trató de impedírselo con alguna falta que le costó la amarilla.
Y llegó el momento emotivo, sin duda. Más que el resultado.
Los dos equipos y un San Mamés en pie brindaron una despedida única a un jugador único. No lo olvidará él ni tampoco quienes lo vivieron.
Barcelona pierde ante Villarreal, pero levanta la Copa de la Liga de España