Barcelona logra importante triunfo y mete presión al Atlético que juega ante Real Madrid

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El Barcelona necesitaba ganar para seguir en la lucha y lo consiguió en Pamplona.

Hizo lo que se debe en los momentos claves y con una victoria mucho menos brillante de la que lograse el miércoles ante el Sevilla para remontar en la Copa pero vital a todas luces para meter presión en la Liga. Le salvó Ter Stegen, le catapultó Alba y le mantuvo la providencia para llevarse una victoria que sentenció en la recta final Ilaix Moriba. 0-2 y a casa.

El último descubrimiento de Koeman acabó por ser la pieza definitiva en que se explicó el triunfo del Barça. No disfrutó de una noche tranquila, menos aún apasionante, pero sí conquistó esa victoria trascendental para meter presión al Atlético, colocándose a dos puntos, y tres por encima del Real Madrid, a la espera de un derbi que se vivirá en Barcelona con mucha más atención de la que habría supuesto hace un par de meses.

Ronald Koeman, que parece haber encontrado la piedra filosofal en cuanto al sistema a utilizar, repitió el esquema de los tres centrales, entrando Umtiti en lugar de Piqué, y poblando el centro del campo con la vocación ofensiva de Dest y Jordi Alba en las bandas… Y fue el lateral/carrilero catalán quien a la media hora rompió la igualdad en el marcador, que no en el juego, gracias a un zurdazo monumental, sorprendente, tras internarse al pase profundo de su mejor socio: Lio Messi…

Fue un gol que le supo a gloria a un Barça sufridor, que comenzó el partido con el susto de Calleri y aplaudió el vuelo soberbio de Ter Stegen al disparo lejano de Quique Barja rozándose el cuarto de hora. Osasuna, atrevido, agobiante y decidido, no le daba respiro al equipo catalán y el choque era un ir y venir eléctrico, mereciendo acaso más aplauso la apuesta navarra que crítica el sufrimiento catalán.

Poco después de la media hora volvió a mostrarse providencial el portero alemán al remate a quemarropa de Rubén García y tal sufrimiento provocó que al descanso Koeman reaccionara cambiando el dibujo, dando entrada a Dembélé por Umtiti y buscando mayor prestancia ofensiva con el rápido exterior francés… No le acabó de resultar.

La variación no le supuso la superioridad esperada al Barça, que echó en falta mayor protagonismo de un Griezmann muy apagado y siguió con un falso dominio, manteniendo más el balón pero sin agobiar a Sergio Herrera mientras los futbolistas locales continuaban con la esperanza de dar un golpe de efecto.

La presión a la que estaba sometido el grupo de Koeman no varió ostensiblemente ni con la entrada de Ilaix y Braithwaite, disfrutando Osasuna de buenas llegadas al área de Ter Stegen, penalizadas por su mal tino en el remate y provocando cada vez más nervios en un Barça al que se le empezaba a aparecer el fantasma del Cádiz…

Hasta que a los 82 minutos llegó la providencia, el estreno soberbio de Ilaix Moriba con un gol magnífico: recibió un pase corto de Messi al borde del área, controló y lanzó un obús al que no pudo responder Herrera para convertir los nervios en tranquilidad y conducir el duelo a un final mucho más cómodo en el marcador de lo que había sido en el terreno de juego.