Dos minutos de oro de Ángel Correa comandaron a un Atlético de Madrid que resiste en la cima de LaLiga. Su condición de goleador salvó al conjunto rojiblanco de una discreta primera mitad ante el Eibar, redondeada en la segunda con gol del belga Yannick Carrasco y dos de Marcos Llorente (5-0).
Una jornada menos para la resistencia del Atlético. ‘Quien no crea, que no venga’, rezaba una de las pancartas colocadas por los hinchas esta semana en su ciudad deportiva. Nadie cree más que Correa, que tras un día desafortunado ante el Betis resolvió con dos goles en 114 segundos ante un Eibar hasta entonces sólido.
Sin su ‘pichichi’, el uruguayo Luis Suárez (19 tantos), y sin su jugador de más talento, el portugués Joao Félix -ni el francés Thomas Lemar, por segundo partido fuera de la convocatoria a última hora, esta vez por una tendinitis-, el Atlético sacó partido de la reivindicación del ’10’ argentino en una primera mitad gris, redondeada por Yannick Carrasco en una carrera tras el intermedio, y por dos tantos de Marcos Llorente ya contra un rival rendido.
El retorno del madrileño tras su sanción era una de las pocas buenas noticias previas, y como consecuencia volvió su sociedad por la banda derecha con el inglés Kieran Trippier, que entró al once por las molestias del croata Sime Vrsaljko. También tuvo mérito el brasileño Renan Lodi, titular por las molestias de Mario Hermoso, y que recordó por momentos al lateral profundo del curso pasado.
La goleada da aire y moral a un líder que había retornado al Wanda Metropolitano sin margen para el error. Los cinco puntos perdidos de seis posibles en la doble visita a Sevilla -en total no ha sumado 16 de los últimos 33-, habían dejado a Real Madrid a un punto y al Barcelona a dos. Y el Sevilla minutos antes se había situado a tres ganando a la Real Sociedad. El 5-0 fue la respuesta.
Una ‘manito’ que se antoja un castigo excesivo para un Eibar que encadena con éste catorce partidos sin ganar (diez derrotas y cuatro empates) desde enero. Y eso que José Luis Mendilibar acertó con el planteamiento, poblando el mediocampo con Sergio Álvarez, Aleix García y el debutante Unai Dufur, y usando a los laterales Rodrigues y Pozo como extremos, en un esquema 4-1-4-1 con Kike como centrodelantero.
Con tanto tráfico en el centro, el líder se quedó seco. Maniatado durante casi media hora, solo tuvo algunas carreras de Lodi por la zurda y un buen giro de Correa para que rematara Carrasco, al que se adelantó Arbilla. De hecho, la más clara del inicio fue un centro raso de Pozo que Kevin Rodrigues no llegó a rematar.
La falta de argumentos del Atlético ante un Eibar cómodo comenzó a solventarse cuando los de Simeone optaron por dar más vuelo a sus laterales, especialmente a Trippier. De su costado, y de su entendimiento con Llorente, comenzaron a llegar el peligro y los saques de esquina, el germen de los 114 segundos de oro de Correa.
El argentino, tan criticado por sus fallos ante el Betis, desplegó sus alas poniendo un sorprendente 2-0 en apenas dos minutos. El 1-0 llegó de un saque de esquina ejecutado al primer palo por Héctor Herrera que Correa solo tuvo que empujar; y el 2-0 también tuvo como germen al mexicano, que puso un envío teledirigido para Lodi. El brasileño buscó al espacio a Carrasco, y su pase atrás lo recogió Correa, que enfiló para el arco y definió al gol.
Un premio desmesurado para una primera parte tan discreta del líder, que redondeó la situación en los primeros cuatro minutos de la reanudación gracias a un pase al espacio espectacular de Saúl que puso a Carrasco en carrera ante Dmitrovic. El belga superó al arquero serbio con un caño y marcó con el arco vacío.
La tranquilidad parecía servida, pero aun se incrementó más para el Atlético, porque en un pase atrás de Correa apareció Llorente libre de marca para poner el 4-0 con un toque raso. El madrileño tendría su segundo en una jugada que condujo él mismo, cedió para Lodi, quien conectó con Carrasco y volvió a encontrar al ’14’, que tuvo tiempo para controlar y rematar dentro del área.
Con todo decidido, los últimos 20 minutos fueron una acumulación de cambios en búsqueda de descansos y piernas. El líder seguirá defendiendo su posición en casa el jueves contra el Huesca, y el Eibar seguirá peleando por levantarse ese mismo día en Granada. Una jornada menos en la resistencia del Atlético en el primer lugar de la tabla.