Argentina no pudo con Paraguay en la Bombonera

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La Selección paraguaya salió al campo de juego de la Bombonera con una idea clara y marcada: presionar y cortarle todo tipo de circuitos a la Argentina. Además, como si esto fuese poco, los dirigidos por Eduardo Berizzo se animaron a jugar y, por momentos, dominaron la posesión del balón.

Ordenados, sin dejar espacios, moviéndose en bloque y atacando directamente a la pelota. Con personalidad, templanza y pierna fuerte, los dirigidos por Eduardo Berizzo complicaron tanto a los locales que a los 21′ tuvieron la chance de quebrar el marcador: Ángel Romero cambió penal por gol y puso el 1-0 parcial. Antes, Miguel Almirón había sido derribado por Lucas Martínez Quarta dentro del área.

Lionel Messi y compañía no encontraban respuestas: ni por afuera, con los laterales y extremos, ni por adentro con los volantes internos que pueden hacer las veces de creativos. La lesión de Exequiel Palacios, quien salió por lesión y fue reemplazado por Giovani Lo Celso, fue una complicación más para Lionel Scaloni, quien se mostraba nervioso en la zona de los bancos.

Pero como el fútbol es dinámica de lo impensado, la albiceleste llegó a la igualdad casi sin patear al arco: Nicolás González cortó con el mito de que los paraguayos se hacen fuerte en el juego aéreo y metió un frentazo que no olvidará jamás. La red se infló y el 1-1 se convirtió en la realidad. La charla de Messi para sus compañeros, en el festejo, un claro gesto de que las cosas estaban más complicadas de lo previsto. Este deporte no entiende de merecimientos, por eso Argentina se fue al vestuario con un premio demasiado grande.

El inicio del complemento tuvo a Argentina con mucho más protagonismo. El equipo de Scaloni, sin lucirse demasiado, logró sobreponerse a la intensa presión paraguaya y en apenas pocos minutos tuvo dos chances claras en los pies de Lautaro Martínez: una se fue desviada, la otra se anuló por posición adelantada.

La gran polémica de la noche llegó a los 65′, cuando Messi culminó una excelente jugada colectiva y marcó un verdadero golazo para decretar el 2-1. El capitán festejó, se abrazó pero la alegría duró apenas unos segundos ya que el VAR anuló la jugada debido a una falta previa a Romero, sobre el costado izquierdo. Pese a las protestas de los argentinos, el árbitro Raphael Claus se apoyó en la tecnología y no lo convalidó.

Los locales siguieron intentando, tuvieron más ocasiones claras para anotar pero la eficacia necesaria no se hizo presente en los últimos metros. Por su parte, Paraguay le bajó el ritmo al cotejo y, salvo por algunas corridas del incansable Almirón, replegó líneas y se aferró a la igualdad.

El reloj corrió, Argentina fue puro empuje, corriendo el riesgo de quedar mal parado en alguna contra, pero no pudo romper a la sólida última línea de Paraguay. El 1-1 fue un desenlace justo teniendo en cuenta el flojo nivel futbolístico que mostraron ambos equipos. A pensar en lo que viene…