Reinaldo Rueda llora tras fracaso mundialista: “Se nos escapó de las manos”

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El técnico de la Bicolor lamentó no clasificar al Mundial

El entrenador Reinaldo Rueda llora tras fracaso mundialista de Honduras y hace un análisis de todo lo ocurrido.

Rueda, inició la conferencia de prensa llorando y lamentando el fracaso de la Bicolor.

Veo su rostro, profesor, veo sus ojos, y me imagino que en Honduras también está teniendo un momento bien difícil. Estuvimos a un gol de poder meternos directamente al Mundial, profesor. ¿Siente que desde su perspectiva su equipo hizo lo necesario? ¿Qué nos faltó? ¿Por qué no atrevernos más a buscar ese tanto que nos pudiese dar ese pase directo al Mundial?

Perdón, pero yo creo que es un momento duro. Creo que hoy el fútbol nos ha dado una lección de humildad: que los partidos hay que jugarlos antes de ganarlos. Quizá hicimos un buen trabajo, pero no ajustó, como dice el Rey David, no ajustó. No fue suficiente. Un grupo muy competitivo. La ironía: nos quedamos por un gol. Clasifica la selección fuerte, a la que le sacamos cuatro puntos de seis. Y bueno, creo que es difícil.

Ver sus lágrimas evidentemente demuestra el dolor y el momento complejo. ¿Qué ha pasado con Costa Rica y Honduras en este proceso? ¿Y por qué dos grandes de estos se quedan fuera?

Creo que ayer lo hablamos, ayer en la conferencia de prensa previa. Quizás son culturas futbolísticas que están viviendo una transición difícil. Ustedes quizás con menos tiempo, por lo que pasó en el Mundial pasado. Honduras con más tiempo, porque ya esta sería la tercera clasificatoria que no se logra la meta. No se logra el objetivo, con todo el buen trabajo que se ha hecho.

Nosotros, desafortunadamente, ustedes vieron que tuvimos una baja sensible de jugadores que venían haciendo todo el proceso: cinco, cuatro jugadores titulares de la selección. Los que ingresaron quizás hicieron la mejor entrega, pero no fue suficiente, y no teníamos casi jugadores en buena racha, en buena línea en sus clubes, con buena línea de producción. Y más que todo en el tema de tener goleadores en ligas internacionales, de tener hombres que marquen la diferencia.

Es difícil soportar un partido sin goles. Al mínimo error pasa lo que nos pasó, por ejemplo, en Managua. Y bueno, creo que eso nos invita a hacer un mejor trabajo en todos los órdenes. Y lo que viene es quizás un trabajo integral desde el punto de vista psicológico, en el caso nuestro. No conozco las interioridades, las intimidades de Costa Rica; siempre la admiración por la organización, por el fútbol, por los entrenadores que han pasado por acá, por los jugadores que han hecho todo este recorrido mundial con la selección de Costa Rica. Pero sí, creo que cada país tiene sus problemas.

Y hoy, la verdad, cuando empezó esto el 5 de septiembre, me parece que empezamos este recorrido creyendo que la disputa era con Costa Rica y que había que pelearle la clasificación a Costa Rica. Y mire, el fútbol, como dije ahora, nos da una lección de humildad: de poner los pies bien puestos sobre la tierra, de no subvalorar a nadie, y que los partidos hay que jugarlos con el mismo profesionalismo y la misma intensidad siempre.

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Usted había mencionado antes que hoy es su último día como entrenador de Honduras. Después de lo que pasó y de ese golpe tan fuerte, y ver sus lágrimas, ¿se va a retirar del fútbol ya? ¿Es su última etapa como entrenador?

Bueno, yo les dije: si vamos al Mundial, es la idea de ya terminar por la puerta grande. Ahora va a ser, como les dije a los jugadores cuando conversé con ellos —y ya he hablado del caso de los tres grandes: Romell, Andy, que para ellos prácticamente se cumple su ciclo deportivo, el mismo Edrick Menjívar—. Uno quisiera seguir porque está la pasión. Porque a uno le hace falta la cancha, todos los días le hace falta la cancha. Difícil… en este momento creo que es difícil de asimilar todo esto. Es muy difícil de asimilar esto.

Los muchachos quizás van a sus clubes, se lavan mentalmente, empiezan a jugar, empiezan a competir, y bueno, eso va pasando, ese duelo. Nosotros, como cuerpo técnico, saber que todo un trabajo de 27 meses, por un gol, por esos imponderables del juego, por esas situaciones, se te va la ilusión, se te va lo que hiciste. De modo que hay que darle tiempo al tiempo.

Por qué miramos a Menjívar perdiendo tiempo, tirándose bastante. ¿Por qué estábamos conformistas, estábamos conformes, esperando una respuesta? Porque vimos que cuando Surinam mete el gol, toda la banca decía: “Ataquen”. ¿Le tuvimos miedo al éxito? Y no solo los jugadores, sino también el cuerpo técnico. Porque no se arriesgó para dejar la vida y buscar un gol. Así se podía clasificar directamente al Mundial, porque era lo único que se ocupaba.

Un partido hoy muy disputado, un partido muy difícil. Un rival fuerte, un rival que también quería cerrar. Quería estirar al repechaje mínimo, porque no podía pasar directo tampoco. Y creo que, ante la imposibilidad de marcar diferencia, lo que se quiso siempre con la formación, con lo que se conversó, con lo que se analizó, era ganar y pasar directo. Yo creo que era lo que todos queríamos. Cuando uno sale a la cancha sale a eso: a ganar.

Hoy, desafortunadamente, cuando el partido estaba así, en esa situación, hay que partir de eso, de la seguridad defensiva. Quizás en algún momento ese aspecto de que, si no se podía hacer gol —porque no estaba clara la situación—, desde el punto de vista nuestro, o en el caso mío personalmente, creo que se oxigenó la parte ofensiva con los hombres que ingresaron. Los que habían estado habían hecho un esfuerzo importante, y se buscaron variantes que pudieran desequilibrar en la parte ofensiva, darle más profundidad ante el espacio que estaba brindando Costa Rica. Porque Costa Rica salió a buscar el partido, con algunas situaciones de juego combinado, otras situaciones de bola parada, de balones largos, y todo eso es válido.

Entonces creo que, en algún momento, si se pudiera evaluar así y de forma ya fría, quizás hay un error en retardar el juego. Pero era para desesperar al rival y buscar la oportunidad de descifrar el partido. No creo que estuviéramos conformes con el empate; nosotros como cuerpo técnico no estábamos conformes. Queríamos más y tuvimos la posibilidad, pero esto no es de merecimiento: esto es de logro.

Pedirle disculpas por si en algún momento se sintió atacado por nosotros, la prensa, siempre que hicimos lo mejor para la selección, queríamos ir al Mundial. ¿Con qué se queda y qué descarta de todo este proceso eliminatorio?

Nosotros, seguro que uno… si esta noche después del partido de Nicaragua no han sido fáciles la confrontación y la retroalimentación. Lo que sigue va a ser la compañera todas estas semanas que se vienen. Creo que me entrego… Nos quedamos con el buen trabajo que hicimos. Considero que en una clasificatoria como esta. Como le dije ayer a algún colega de acá de Costa Rica, de estar hasta hoy, último día de clasificatoria con los cielos de clasificar. De último día como líderes, con todas las dificultades que tuvimos de cuatro o cinco jugadores titulares. Hoy no tenemos a nuestros capitanes. Ni a Denil Maldonado, ni a Antony Lozano, ni tenemos a Rigoberto Rivas, ni tenemos a Edwin Rodríguez.

Bueno, todos los que ustedes vieron que perdimos en el camino, soldados que se nos quedaron y que hoy estaban solidarios y querían que pudiéramos dar el paso. No es fácil, a veces, en determinados momentos, no hay esa superpoblación de jugadores en posiciones, como para decir, tenemos dos o tres en cada posición determinantes, creo que nos quedamos con la, entre comillas, satisfacción del deber cumplido, de hacer un buen trabajo, como le dije ahora a los jugadores, de brindarles lo mejor, la mejor orientación, de estimularlos en muchos conceptos de mejoramiento, de haber apostado a algunos jóvenes que no eran titulares en la Selección o que todavía no habían hecho ese paso a la Selección Absoluta, y la deuda es no clasificar al Mundial, la deuda es que lo queríamos, lo anhelábamos por nosotros, por nuestra familia, por el pueblo hondureño, por la paz de Honduras, queríamos tantos, tantos, tantos, tantos argumentos que teníamos para poner sobre la cancha ese talento que tiene el jugador hondureño, pero como dije allá en Managua, la mente nos traicionó, la mente nos dio una mala pasada y hoy estamos con esta amargura y este dolor.

Yo creo que han sido 27 meses intensos, 27 meses de gran profesionalismo, de entrega, de la ilusión de corresponder a un pueblo noble. Un pueblo que nos ha brindado esa hospitalidad, ese cariño, esa confianza. La confianza de los directivos que creyeron en nosotros.

Lo triste es que este grupo de directivos confiaron en nosotros y ellos también cargan esa mochila. Ellos cargan esa mochila, ellos y su familia: la de no poder liberarse, de no poder abrazarse, de no poder cumplir con lo que queremos desde el punto de vista de empresa, desde el punto de vista de darles alegría al pueblo, a toda la afición.

Y creo que todo lo que uno diga ahora es en vano. Es en vano. Los jugadores, naturalmente, hablaron: los tres grandes, habló Edrick, habló Romell, habló Andy, los demás, con el dolor y la amargura y la frustración de algo que nos ilusionamos, que creímos que lo teníamos cerca, pero se nos escapó de las manos. Se nos escapó de las manos y hoy estamos, desafortunadamente, lamentando este suceso.

Reinaldo Rueda llora tras fracaso mundialista: “Se nos escapó de las manos”.

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