Redacción – Fernando Verdasco no se lo podía creer, pero sí. Maldecía, se lamentaba, pero era conocedor de que había firmado seguramente su sentencia, cuando había acariciado la victoria sobre Marin Cilic, el pase de octavos de final contra Roberto Bautista.

Ana Boyer, embarazada de la primera criatura de la pareja, le hizo gestos animándole a continuar luchando, pero los dos puntos de ‘match’ desperdiciados causaron estragos en el ánimo del madrileño. Mandó 7-6 en el ‘tiebreak’ de la cuarta manga, pero Cilic sobrevivió con su saque. Con 8-7, la ocasión de oro para ‘Fer’: segunda bola de partido, con servicio propio, pero el segundo servicio ni pasó la red. Doble falta, un jarro de agua fría para él, una inyección de ánimos al balcánico.

Pasó el finalista de 2018, cayó el semifinalista de 2009. Cilic se citó con Bautista ganando por 4-6, 3-6, 6-1, 7-6 (8) y 6-3 en otro duelo maratoniano, que superó las cuatro horas de juego y que se cerró a la una de la madrugada local.