Redacción – Jornada épica de ciclismo la vivida en la 15ª etapa del Tour de Francia, con la victoria de Simon Yates, la segunda de esta edición de la ‘Grande Boucle’, por delante de dos gladiadores como son Thibaut Pinot y Mikel Landa.

En un día en el que, a diferencia del sábado, Movistar quiso y supo ser protagonista, en el que el líder Julian Alaphilippe supo sufrir y agarrarse al manillar de su bici para perder la mínima renta posible y seguir luciendo el maillot amarillo, en el que el Team Ineos volvía a dejar dudas y en el que, como ya hiciera en la Planche des Belles Fines, Geraint Thomas atacó a 1,5 km de meta para arañar unos segundos al líder.

Un día en el que Enric Mas certificó las malas sensaciones del día del Tourmalet y ya se descolgaba del grupo de los favoritos a las primeras de cambio aquejado de unos problemas estomacales. Todos, pero mucho él, van a agradecer la jornada de descanso de este lunes.

Y por si fuera poco aparecieron las nubes y la lluvia en la ascensión final al inédito Prat d’Albis, una carretera estrecha que hoy se ha bautizado por la puerta grande en el Tour de Francia.

La etapa, dura, y después del día del Tourmalet, presentaba un perfil peligroso, ideal para que sucedieran cosas, en el que Movistar, esta vez para bien, iba a ser protagonista. Logró colocar a dos hombres, dos ciclistas que se están vaciando en este Tour y que a cualquier equipo le gustaría tener en sus filas, como son Marc Soler y Andrey Amador. Ambos realizaron un trabajo soberbio, en una escapada de 21 corredores en la que también estaba Nairo Quintana y el que a la postre iba a ser el ganador, Simon Yates.

Por detrás, en el grupo de los favoritos, calma tensa, a la espera de que la comida se cociera a fuego lento antes de ser degustada. Superado el primer puerto del día, Montségur, de 2ª, la carrera avanzaba hacia los dos colosos del día, de 1ª, Lers (9,4 km al 7,9%) y Prat d’Albis (11,8 km al 6,9%). Poco a poco y como corresponde la carrera se iría rompiendo, hasta que Mikel Landa, un día más, saltaba a 40 kilómetros de meta.

Nadie fue capaz de seguirle. Fuglsang lo intentó, pero no pudo, así que el alavés se fue en solitario a la caza de la gloria y de seguir arañando segundos en la general, mientras en el grupo de los favoritos del que él había partido se quedaba Alejandro Valverde. El de Vitoria fue abriendo hueco llegando a tener algo más de un minuto de margen y llegando a la altura de un desfondado Nairo Quintana que no pudo ayudarle.

Mikel contó con la ayuda inestimable de Soler y Amador. Los tres montaron el ‘trenecito’ y dieron todo lo que pudieron en sus piernas, hasta que Marc y Andrey se abrieron y dejaron a Landa sólo para que subiera a Albis con lo que le quedara. Mientras, por delante Simon Yates, que había saltado del grupo de cabeza se iba a por la victoria, y por detrás era Jumbo Visma el que tiraba.