Sergio Busquets no estará disponible para jugar, el 16 de febrero, el partido de ida de la eliminatoria de Europa League frente al Manchester United.
El capitán azulgrana fue sometido este lunes a pruebas médicas que confirmaron la existencia de un esguince en el ligamento lateral externo del tobillo izquierdo y que le mantendrá un mínimo de dos semanas de baja.
Si bien en un principio llegó a temerse que sufriera un esguince de mayor envergadura, los exámenes médicos confirmaron que tratándose de un esguince de grado dos, que no le afecta el ligamento, su periodo de recuperación se acorta (se había especulado con un mes de baja), aunque confiar en su reaparición dentro de diez días en el choque frente a los Diablos Rojos se considera prácticamente descartada.
Baja segura ante el Villarreal, Busquets estaría en el mejor de los casos disponible para jugar el 19 de febrero, en el Camp Nou, frente al Cádiz, aunque el objetivo principal es que pueda jugar a pleno rendimiento en el choque de vuelta contra el Manchester United, el 23 de febrero, en Old Trafford.
La baja del capitán se une a la de Ousmane Dembélé, aunque al delantero francés no se le espera hasta la primera semana de marzo, con suerte, y podría llegar al partido de ida de la semifinal de Copa del Rey que el equipo azulgrana disputará el día dos en el Bernabéu frente al Real Madrid.
Si la lesión de Dembélé ha provocado un paso adelante de Raphinha, doble goleador y asistente en los dos últimos partidos del Barça, la lesión de Busquets provocó la aparición en escena de Franck Kessié, en la que fue su mejor actuación liguera de la temporada y motivando que, de entrada, la ausencia del mediocentro no provoque la alarma que pudiera temerse.
