Redacción – 2005, 2006, 2007, 2008 / 2010, 2011, 2012, 2013, 2014 / 2017, 2018 y 2019. Podría ser el palmarés deportivo de una película de ciencia ficción o un documental futurista, quizás una realidad paralela de otro mundo, pero esa cuenta de doce es tan real como que Rafa Nadal no tiene límites conocidos y suma esa docena de títulos de campeón de Roland Garros.

Rafa Nadal, 33 años y nº 2, ha batido por segunda final consecutiva al austríaco Dominic Thiem, 25 años y nº 4 mundial, 6-3, 5-7, 6-1 y 6-1 en 3h.01’ de excepcional tenis hasta que se vació el depósito del centroeuropeo, sin descanso desde el jueves. El campeón se ha multiplicado al principio para someter a un aspirante de calidad y potencial idóneos para ganar Roland Garros. Sólo tiene en contra haber coincidido en el tiempo con el eterno balear, que acabó dejándose caer en el suelo celebrando el no va más, llorando de emoción. Verlo para creerlo.

Porque la historia que está escribiendo Rafa Nadal es una animalada, una bestialidad, una maravilla, una leyenda o el calificativo que se le ocurra a cada cual, ya que la lista se ha ido agotando con la consecución de las gestas.

Él repite que “me considero una persona bastante normal”. Le tocas y, realmente, es de carne y huesos. Ves cómo juega, especialmente en Roland Garros y tierra batida, y te embarca en una experiencia extrasensorial.

Récord en Grand Slam y a dos de Roger Federer

No se había visto nada igual en un torneo de Grand Slam, supera las once coronas de la australiana Margaret Court en el Open de Australia. Tiene 18 coronas ‘grandes,en 26 finales, en un palmarés con también tres Open USA, dos Wimbledon y un Open de Australia, de 26 finales disputadas, y se sitúa a dos del récord de 20 de Roger Federer.

Nadal llegó a París siendo un chaval de 18 años que impactaba porque peleaba cada bola apoyado en unas piernas privilegiadas, corriendo veloz embutido en una camiseta sin mangas y unos pantalones pirata. A los 33, veterano ilustre, continúa siendo un depredador pero más curtido y con mayores recursos técnicos, tácticos y mentales

Tenista completo, desde su condición de superdotado y también trabajador incansable, levanta su duodécima Copa de los Mosqueteros (de manos de Rod Laver) con la misma ilusión de un niño. No lo dirá, aunque en su interior mantiene viva la llama de alguna más si el cuerpo lo permite.

El mérito añadido del rey de la tierra batida consiste en venir de una lesión de rodilla, del cansancio psicológico de sufrir varios reveses físicos, de comenzar la gira de arcilla lejos de su mejor nivel y perseguirlo hasta alcanzarlo. Rebelarse contra cualquier adversidad, también Dominic Thiem.

Rafa Nadal, todos sus títulos en Roland Garros y el Grand Slam

No se puede jugar en esta superficie al nivel y ritmo constantes que exhibieron Nadal y Thiem en la manga inicial. Uno y otro buscando el daño ajeno en cada acción habiendo estudiado a la perfección tácticamente su decimotercero duelo (9-4 Rafa, 8-4 en arcilla). El austríaco tomó la iniciativa en el marcador haciendo el ‘break’, 3-2, producto de haber economizado mejor los errores.

Pero, cuanto mayor es la exigencia, mejor respuesta encuentra Nadal, que nunca da un respiro. Asfixia al rival, y así lo hizo a continuación sumando cuatro juegos consecutivos, 6-3 (56 minutos), casi sin que Thiem se enterase, resaltando cada acierto propio y penalizando el mínimo error ajeno.

“¡Dominic, Dominic, Dominic!”

Thiem es un guerrero. Con corazón y saque halló premio rompiendo el saque de Nadal en el momento justo: 7-5, el austríaco ganaba su primer set a Rafa de once disputados en cuatro confrontaciones.

“¡Dominic, Dominic, Dominic!”. La grada de la Phillipe-Chatrier apoyando al débil, buscando prolongar el show y su emoción. Respetando siempre al campeón, un Rafa Nadal que aprovechó un ligero bajón del oponente para endosarle un 6-1 en 28 minutos.

Pleno al 12 en finales, 93 partidos ganados de 95

Superadas las dos horas de dura y espectacular batalla, todo a favor de Rafa Nadal, más descansado que un rival de vocación y preparación maratoniana pero jugando por cuarto día consecutivo. Demasiado incluso para el austríaco, que no arrojó la toalla pero acabó siendo sepultado por el caníbal de polvo de ladrillo, que mantiene el pleno de eficacia en finales de Roland Garros, donde ha ganado 93 de sus 95 partidos.

Nadal obtiene su trofeo profesional 82º, engordando su récord sobre tierra batida con 59 torneos capturados. Un orgullo para sus entrenadores actuales Carlos Moyà y Francis Roig, refrescando la herencia dejada por Toni Nadal, que nunca se fue del todo y que se situó justo detrás de Charly en el box.