A Ronald Koeman le dolió la derrota en el Clásico ante Real Madrid. Le dolió porque, solventó, «hemos jugado bien. Queríamos tener el control del partido con Fati arriba y buscando con Leo la espalda de los defensas del Madrid, jugando entre líneas y teniendo una buena referencia… Pero…».
Pero, en su opinión «la jugada del penalti fue decisiva». Para el entrenador del Barcelona, el Clásico se rompió a partir del penalti señalado a Sergio Ramos, una jugada con la que Koeman se mostró abiertamente en desacuerdo. «¿Para ti es penalti?”, respondió con una pregunta a la que le hizo un periodista, explayándose a partir de ahí en sus críticas.
«Para mí no es penalti. Llevamos cinco jornadas y el VAR solo ha entrado en jugadas contra el Barça, nunca a favor. Ni el penalti de Messi contra el Sevilla, ni en dos jugadas de expulsión contra el Getafe… El VAR solo entra en nuestra contra”, sentenció, firme, el entrenador holandés, que descubrió que al acabar el partido fue a hablar con el árbitro “para decirle que ojalá me puedan explicar algún día cómo funciona el tema del VAR».
«No he hablado con Clement Lenglet de la jugada, pero sí he visto la imagen”, refirió el técnico, avisando que «al principio es falta de Sergio Ramos y luego Lenglet le agarra un poco la camiseta, pero nada como para tirarse hacia atrás, al otro lado, como ha hecho”, resumió, no mostrándose extrañado de la reacción de los jugadores blancos con lo sucedido.
«Es normal que ellos hablen y hagan lo máximo por pedir que sea penalti, para mí ese no es el problema… Siempre digo que el VAR puede ser muy bueno, pero para todos los equipos”, sintetizó.
Más allá de la jugada en concreto, Koeman repitió que el Barcelona había jugado «bien» y argumentó sus cambios, ya con el resultado en contra, explicando que «cuando vas perdiendo intentas mejorar de entrada con los mismos jugadores, pero luego optamos por dar más frescura con Dembélé y Trincao en banda, con Griezmann junto a Leo arriba y buscando el uno contra uno, arriesgando», sin conceder ya más importancia al gol definitivo de Luka Modric porque «al final a mí me da igual perder 1-2 que 1-3».
