Jon Rahm tuvo en la última jornada del Open USA en el Winged Foot Golf Club, a las afueras de Nueva York, buenas opciones de acabar en el top ten después de iniciar esta última vuelta en el puesto 31 tras una aciaga tercera ronda el sábado. De hecho, llegó a estar muy cerquita pero el vasco, al final, con un doble bogey en el 18, confirmó un mal fin de semana, diríamos que 36 hoyos para olvidar, y era 28º empatado provisional.

Rahm luchó, como en él es habitual cuando las cosas no salen, para salvar algo los muebles en este 120º US Open, el quinto de su carrera con casi 26 años, pero al final la cruda realidad fueron los 73 golpes y 290 en total, los que le situaron a un mundo de los puestos de cabeza y también del top 10, que era a priori su gran objetivo en estos últimos 18 hoyos del segundo Grand Slam 2020.

El US Open de Winged Foot ya es por tanto historia para el de Barrika, que ahora deberá analizar bien lo que ha pasado esta semana y tendrá seguro en el punto de mira dentro de dos meses el Masters de Augusta, ‘grande’ que se jugará en noviembre en unas condiciones muy diferentes a las del habitual mes de abril. En la clasificación del US Open el vasco, nº2 mundial, fue superado por el nº1 Dustin Johnson.

Rahm empezó este domingo con tres bogeys en los hoyos 3, 4 y 5 después de tener opción de birdie en el 1 desde unos cuatro metros. Parecía que descarrilaba, pero sendos birdies en los hoyos 6 y 7, el del 6 después de dejar bola en la entrada de green y hacer dos putts, y el del 7, par 3, embocando un ‘canuto’ de más de 8 metros, esta vez sí aprovechó el par 5 del 9 y con el tercer birdie del día pasó por el ecuador de la vuelta al par y con la segunda vuelta para intentar arañar más puestos en la tabla.

Un birdie en el hoyo 11 le situó en esos momentos como único jugador bajo par en la vuelta. Parecía que el top 10 era posible, estaba jugando muy bien, con grandes tiros a bandera, pero Winged Foot no perdona y más tratándose de una última jornada en un US Open, y en cinco hoyos Jon tiró por la borda el trabajo hecho previamente: bogey en el 14 y 15 y doble bogey en el 18. Este final fue muy cruel, con un approach final en el que el vasco se quedó mirando la cara de su palo como no dando crédito a cómo le había respondido la bola.Lo dicho, un Open USA para olvidar y para pasar página cuanto antes.