Después de adueñarse por completo del récord que tenía en sus manos Edson Arantes do Nascimento (Pelé) hace más de 46 años, como el máximo goleador histórico en un solo club, Lionel Messi se pronunció en sus redes sociales para festejar sus 644 gritos con la camiseta del Barcelona.
“Cuando empecé a jugar al fútbol jamás pensé que rompería algún récord”, aseguró La Pulga, a pesar de sorprender a todos desde sus inicios, tanto con la camiseta de Newell’s como con la azulgrana.
“Y menos aún el que logré hoy que tenía Pelé. Sólo puedo dar las gracias a todos los que me ayudaron en estos años, mis compañeros de equipo, mi familia, mis amigos y todos los que me apoyan cada día. Abrazo!!”, concluyó el argentino en un posteo en Instagram en el que se pudo ver también una foto editada con tres imágenes suyas.
El gol llegó en un partido extraordinario que llevó a cabo el conjunto de Ronald Koeman. Una goleada por 3-0 (Clement Lenglet y Martin Braithwaite completaron el resultado) que le dio aire a la plantilla, la cual necesitaba una victoria para apagar el incendio que se generó tras cosechar varios resultados negativos.
El tanto de Messi se produjo tras una espectacular asistencia de su joven compañero Pedri. El español de 18 años recibió el balón, vio pasar al argentino por detrás y resolvió con una asistencia de taco con la que dejó mano a mano a su capitán ante Jordi Masip (ex arquero culé).
El resto fue fácil para el máximo goleador de la liga española que, con la pierna menos hábil (la derecha) tuvo que colocar el balón sobre el palo más lejano del arquero para asegurar su 644 conquista como azulgrana (715 en total con los de selección).
“Está trabajando, sabe que es importantísimo en nuestro juego arriba, con su creatividad, y se nota si tiene buenos jugadores a su lado, como Pedri, para crear peligro en ataque”, explicó Ronald Koeman sobre el desempeño de Lionel Messi dentro del campo.
En lo que respecta al partido en sí, el Barça se hizo dueño y señor del juego, y dejó claro que no se iba a conformar con la ventaja. Los vallisoletanos no sabían cómo defender el sistema planteado por el técnico holandés, con tres centrales y mucho juego por las bandas, y se vieron asediados de manera constante.