Redacción – Un gol tempranero de Samu Chukwueze le valió al Villarreal para vencer al Girona en un partido de muchas transiciones y en el que los locales pusieron el juego y las ganas, pero no la determinación dentro del área. Con los tres puntos los de Calleja salen de la zona de descenso, mientras que el Girona y Eusebio quedan tocados y ven reducido a tres puntos su margen respecto al descenso.

No pudieron empezar peor las cosas para el Girona en el duelo con más urgencias de la jornada. No se había llegado ni al minuto diez de partido cuando el Villarreal se puso por delante en el marcador. Iborra cortó con el hombro una acción de ataque del conjunto local y automáticamente el ‘submarino’ armó un contragolpe que acabó en uno para uno de Samu ante Bono, al que superó con una buena definición para dejar helado a Montilivi.

A diferencia de lo que había pasado en los últimos partidos en los que el Girona jugó como local, el equipo de Eusebio respondió con buen futbol y aproximaciones. En el minuto 16 Stuani puso el empate en el marcador, pero el VAR corrigió la decisión del árbitro y marcó fuera de juego de Patrick Roberts en el arranque de la jugada cuando el Villarreal ya estaba dispuesto a sacar de centro.

La actitud de los catalanes animó al público de Montilivi, que quería ayudar a los suyos a remontar un partido vital para la permanencia. Sin apenas conceder ninguna aproximación más, el Girona encerró a los de Calleja en su área mientras alternaba los centros a la cabeza de Stuani y la profundidad de Patrick Roberts y Portu, que en un cabezazo estuvo de poner las tablas.

Los visitantes aguantaban las envestidas gerundenses como podían, pero amenazaban con la posibilidad de poder contragolpear en cualquier momento. El inglés Patrick Roberts, novedad en el once, fue el más activo en el ataque catalán y al borde del descanso pudo poner el empate después de una gran acción individual, pero Asenjo detuvo el intento.

No varió nada el guion en el segundo tiempo, en el que el Girona volvió a salir con ganas de ser protagonista, y quizás un poco más incisivo que durante los primeros cuarenta y cinco minutos. Roberts, un dolor de cabeza para la defensa de La Plana, fue quien tuvo la primera oportunidad, pero Asenjo desvió con una buena mano abajo.

Los minutos pasaban y tanto la afición como los futbolistas empezaron a notar la angustia. Esto, junto al cambio de Patrick por Doumbia, acabó con una silbada monumental al técnico, acompañados de gritos de dimisión, al que gran parte del estadio respondió animando.

A falta de media hora, los visitantes renunciaron totalmente al balón y volcaron sus esfuerzos en defender y buscar algún contragolpe letal. El Girona no perdió la fe, pero sin ser capaz de poner en apuros reales al Villarreal hasta el descuento, en el que Asenjo fue providencial al evitar el empate en un cabezazo de Doumbia.