El Manchester City volvió a realizar uno de esos partidos que te colocan a principio de temporada como uno de los favoritos para llevarte la Champions League. Sin hacer una actuación brillante, los Skyblues destrozaron al Olympique de Marsella ante la mirada de un vacío Velódrome y vencieron por 0-3 a un rival desquiciado y que no tuvo reacción durante los 90 minutos. El español Ferrán Torres abrió la lata aprovechando un error de Rongier en la salida de balón y Gündogan y Sterling, tras una fantástica asistencia de De Bruyne, certificaron una victoria sencilla para los ingleses.
Los onces dejaron varias sorpresas, sobre todo del lado local. Villas-Boas, al que poco le importa el qué dirán, dejó a dos piezas fundamentales en el banquillo como Payet y Benedetto para blindarse con un sistema de tres centrales inédito hasta la fecha. El técnico portugués reforzó la defensa y el centro del campo y optó por la explosividad de Radonjic al espacio. Guardiola, sin Agüero ni Gabriel Jesús, optó por Sterling en punta de ataque con Foden y Ferrán Torres para escudarle en la zona de mediapuntas.
La primera parte fue un paseo para el City. No hubo reacción del OM en 45 minutos y lo mejor para los de Villas-Boas fue el 0-1 en contra con el que llegaron al descanso. Guardiola destrozó el centro del campo del conjunto marsellés y dejó inadvertido a su rival. Se puede decir que se jugó prácticamente toda la primera mitad en el área de Mandanda, salvo dos tímidas llegadas locales que acabaron sin aparente peligro.
El Marsella volvió a pagar las consecuencias de ser un equipo inexperto en la Champions. Es decir, sigue siendo el único club francés con una orejona en su haber, pero los seis años sin pisar la máxima competición continental contra otro que lleva muchos años en los cuartos se evidenciaron, sobre todo en el primer gol del City. Un error infantil de Rongier, tras darle un pase horizontal y sin mirar a Balerdi, propició el primero de los de Guardiola. De Bruyne asistió a Ferrán Torres, que con una sangre fría impropia de un jugador de su edad batió a Mandanda. Fue el fiel reflejo de una primera parte monopolizada por los cityzens y cuya renta no peligró en ningún momento antes de que el árbitro decretara el final de la primera parte.
El Manchester City repitió el guión de la primera parte nada más comenzar el segundo acto, acumulando posesiones constantes en campo rival y sin darle la oportunidad al Marsella de salir al contragolpe. Dio la sensación de que Villas-Boas quería llegar al final del encuentro con vida, antes que variar su sistema de cinco defensas con el que terminaría el partido. Sin embargo, la calidad individual de los skyblues terminó imponiéndose en el terreno de juego.
Al Manchester City le valió con lo justo para doblegar al Marsella. No hizo un partido brillante, pero acorraló a su oponente hasta desquiciarlo. Fue pasito a pasito comiendo terreno y se impuso en el tramo final. Gündogan hizo el segundo tras aprovechar una buena asistencia de Sterling y, a pesar de la reacción de Villas-Boas, dando entrada a Payet y Benedetto, el City daría la estocada definitiva gracias a Sterling, que se nutrió de un fantástico pase de Kevin De Bruyne para hacer el 0-3. Un resultado justo visto lo visto y que hace todavía más difícil la hipotética clasificación del Marsella a octavos.