El Atlético de Madrid daba por casi imposible el fichaje de Luis Suárez. Eran muchos los condicionantes que se debían cumplir para que el uruguayo, sobre el que no se ocultaba que era un sueño poder vestirlo de rojiblanco, llegase al Atlético.
Pero poco a poco, esas condiciones han ido encajando. Como por ejemplo que la Juventus haya renunciado a firmar al charrúa, cuando todo apuntaba a que iba a ser su primera opción. El mercado ha ido ‘empujando’ al charrúa a los brazos del equipo colchonero.
No significa que se vaya a hacer sí o sí, pero sí que la inercia del asunto es muy prometedora. Otra de las cuestiones ya está solventada, según ha podido saber MD. La del acuerdo jugador-club. En este sentido, el Atlético tiene un acuerdo cerrado con el uruguayo, caso de que el resto de condicionantes se den para llegar a su fichaje.
El Atlético de Madrid le ofrece al futbolista dos temporadas, una propuesta que convence sobremanera el jugador puesto que en breve cumplirá 34 años. Otro factor que ha hecho decantarse al delantero por la opción rojiblanca ha sido que tanto Miguel Ángel Gil Marín, consejero delegado del Atlético; como Diego Pablo Simeone, entrenador colchonero, están en contacto permanente con él para comunicarle los avances del asunto y confirmar que es una apuesta al 100% deseada.
Todo eso, en la parte positiva por el lado del Atlético. Por el del FC Barcelona, según ha publicado también MD , el cuadro catalán estaba dispuesto a hacer un esfuerzo económico para compensar la parte de la ficha que el jugador dejaría de recibir en su próximo club, en el año de contrato que le queda con el cuadro culé. Es decir, que el Barça se habría hecho cargo de parte de la ficha durante un curso para que no perdiese dinero. En el resto de años ya debería ponerse de acuerdo con su club de destino.
Una circunstancia muy propicia para el Atlético porque es uno de los grandes problemas en este asunto, la alta ficha del jugador, que el Barça superaba los 20 millones de euros.
El Atlético y el jugador superaron otro de los asuntos que dificultaban la operación. El delantero sudamericano quería que el Barça le pagase el año que le quedaba pero llegó finalmente renunció a ello. Una circunstancia que, como ha informado este diario, el cuadro catalán ha descartado. Y que finalmente se confirmó con el acuerdo entre el club catalán y el jugador para la rescisión del contrato, renunciando a ese último año que era un obstáculo.
El Atlético tenía claro que sólo podía firmarle si llegaba en condición de agente libre. Y por último, el gran escollo final, que el Atlético debe colocar a Diego Costa para ingresar algo de dinero y deshacerse de su ficha, que tampoco es baja (en torno a los ocho millones). Y que se ha reconducido con un giro inesperado de los acontecimientos puesto que no será finalmente el hispano-brasileño el que salga, sino Álvaro Morata, próximo a la Juventus.
El tiempo apretaba, porque no había ofertas tangibles por el de Lagarto, más allá del interés de algunos clubs como el Fenerbahçe que no han dado un paso adelante con una propuesta concreta. Así que, finalmente, el Atlético tuvo que claudicar en el asunto del madrileño, aunque contaba con él en sus planes.
