Carlos Tusquets tomó posesión oficialmente de la presidencia del Barcelona al mando de una Comisión Gestora que deberá dirigir al club hasta las elecciones a la presidencia y su primer discurso, una breve comparecencia ante los medios en la que no se admitieron preguntas, dejó patente que la situación económica del club «no es para nada confortable», confirmando su intención principal de «reconducir las cosas todo lo que podamos» y, también, avisando que las elecciones a la presidencia «se convocarán lo antes posible… pero sin aceptar presiones de ningún tipo».
«Quiero pedir a todos los trabajadores y deportistas de todas las secciones que sean conocedores de la situación del club”, incidió Tusquets, quien centró casi todo su discurso en la faceta financiera. «El ámbito económico es lo que más nos preocupa”, repitió en un par de ocasiones, revelando que entre los integrantes de la Gestora «no habrá nadie de la última directiva. Debido a las circunstancias hemos creído oportuno que solo haya miembros de la comisión económica y de la comisión de disciplina, es más oportuno y más independiente”, anunció, sin aclarar la razón por la ausencia de directivos de la etapa de Bartomeu.
«La situación económica no es nada confortable y esperamos que en este tiempo que estemos se pueda reconducir”, manifestó el presidente interino, dando a entender que la misión principal de la junta que dirigirá será la de trabajar directamente con los ejecutivos que comanda el director general Òscar Grau en aspectos concretos: el más urgente, la rebaja salarial anunciada por Bartomeu y cuya Mesa de negociación debe tener sus conclusiones el 5 de noviembre.
Ajustar los gastos al límite se entiende, de forma absoluta, el reto al que se enfrenta la nueva y reducida junta comandada por Tusquets, ocho miembros, «para que el club siga siendo el mejor del mundo», recordando que el Barcelona «posiblemente es el club de Europa que más depende del turismo… El Museo, el estadio, las tiendas… La ausencia de turistas ha afectado mucho en las cuentas».
«La próxima semana convocaremos otra comparecencia más detallada para explicar las viabilidades que hemos encontrado”, refirió, antes de sentenciar que «no tenemos ninguna aspiración para entrar en una nueva directiva» y aclarar que las elecciones se llevarán a cabo «cuando se pueda».
«Queremos convocar las elecciones lo antes posible, y subrayo la palabra posible. Lo que no haremos es aceptar presiones para que sean en momentos inadecuados. Lo que queremos es que la próxima Junta tenga el máximo apoyo posible y eso pasa por la máxima participación”, proclamó Tusquets en un mensaje algo difuso, atendiendo a que los estatutos marcan un máximo de tres meses para la celebración de dichas elecciones pero dejando cualquier posibilidad abierta debido al actual estado de alarma por la pandemia del coronavirus.
