El Barcelona logró otro valioso triunfo en su lucha por el título de España, ahora 2-1 frente al Villarreal en un partido intenso y disputado.
El Barcelona disfrutó, remontada incluida, de una primera mitad excepcional en la que pudo dejar sentenciado el partido y supo sufrir en la segunda, cuando más apretó el Villarreal en busca de un empate que acarició en alguna ocasión, relanzado por la falta de acierto cara al gol de un rival que le pudo haber sentenciado mucho antes y que pasó, al cabo, de la exhibición al sufrimiento. Con premio final.
Se ha impuesto la alegría en el Barça. Ya no juega agarrotado, nervioso e impreciso, sino que acude al césped convencido de sí mismo y entendiendo, sin disimulo, que es a través de la pelota que debe imponer su superioridad sobre el rival. El Villarreal quiso plantarle cara y llegando a avanzarse en el marcador pudo sospechar en romper una racha de 25 partidos que lleva sin ganar al equipo azulgrana, pero Griezmann, sin tiempo a que los de Emery disfrutasen de su ventaja, recolocó las cosas en su sitio.
Ganó apretando los dientes después de haber sometido al rival a un auténtico avasallamiento durante la primera mitad. Ya a los seis minutos Albiol cortó, con la rodilla, un remate de gol de Griezmann y Asenjo, al cuarto de hora, salvó un gol cantado de De Jong, respondiendo poco después a un obús de Messi.
El nunca olvidado despiste defensivo, sumado al resbalón fatal de Jordi Alba, dio alas a la carrera de Chukwueze para lograr el 1-0 en una excelente jugada que, en otro momento, pudo despertar la duda… Pero de inmediato una asistencia larga de Mingueza la convirtió en vaselina soberbia Griezmann para igualar y repuesto el dominio llegó, poco después el 1-2 gracias al error garrafal de Juan Foyth que convirtió una cesión al portero en una asistencia mortal para el remate a gol de Griezmann… que ya suma 13 dianas desde que comenzó el año…
De la exhibición pasó al sufrimiento en la segunda mitad el Barça, por delante en el marcador, superior en el juego pero incapaz de trasladar su dominio futbolístico a un marcador más abultado. Le dio aire, casi sin querer, al Villarreal y el conjunto amarillo se vio capaz de evitar la derrota.
Rozó el empate a la hora de partido, cuando Ter Stegen salvó bajo palos un remate a bocajarro, y entendió que a pesar de la expulsión de Trigueros, justa por su entrada durísima a Messi, debía recuperar el mimo de la pelota para no pasar agobios innecesarios, rebuscando un tranquilizador 1-3 que rozó primero Dembélé y más tarde De Jong, que pasó de omnipresente en el primer tiempo a secundario oscuro en el segundo.
Se fue arriba con todo el Villarreal hasta el último suspiro, relanzado por el perdón del rival y buscando el empate por todos los medios… pero éste no llegó para acabar confirmándose la victoria de un Barça que sigue lanzado en su carrera por la Liga.