Verstappen gana en casa de Ferrari en emocionante carrera de la Fórmula 1

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Los ‘tifosi’ ferraristas llegaron a soñar. Llegaron a pensar que lo imposible podía serlo menos este domingo. La gran pole de Sainz ante Verstappen, con el otro Ferrari de Leclerc saliendo justo detrás, daban esperanzas a los miles de aficionados que llenaron de rojo las gradas de Monza.

En Ferrari no descartaban nada. Algunos decían que necesitaban suerte. Otros, que a Max le pasara algo. Y algunos creían que con la enorme velocidad punta del Ferrari SF23 y su recién estrenado motor, podía ocurrir el milagro. Pero la razón decía lo contrario. Max Verstappen tiene en la mejor degradación de su Red Bull una arma muy afilada.

Esa era la clave. Carlos Sainz lo intentó con todas sus fuerzas. Pero no podía luchar contra algo inevitable. Lo puso todo de su parte, pero aguantó al hambriento Max detrás suyo 15 giros de los 51 que se dieron hoy en Monza, justo lo que aguantaron sus neumáticos. De nuevo, lo mucho que castiga sus gomas el Ferrari volvió a marcar la diferencia. Se pasó del sueño al golpe de realidad.

De vibrar, rezar, creer en lo irracional, al «lo sabía» de siempre. Ni unos Ferrari tremendamente rápidos en recta pudieron contra un gigante que no falla en nada. Max Verstappen ganó el GP de Italia de F1 2023. De nuevo. Por segundo año consecutivo.

Sumó así un récord histórico ante los ‘tifosi’ con su 10º triunfo seguido en la F1. Imparable. Pérez fue 2º y Sainz fue 3º tras recibir un incomprensible ataque de Leclerc al final que puso en riesgo a ambos coches.

Para que el sueño de Carlos Sainz y toda Italia se cumpliera, como decía el madrileño un día antes, era necesario que el «trabajo en equipo» con Charles fuera perfecto. Necesitaba salir bien y defender la primera posición, y a su vez, que Charles Leclerc atacara a Max Verstappen.

Si el monegasco se colocaba segundo, Sainz podía coger aire con su compañero haciendo tapón. Pero no ocurrió. Max Verstappen evitó líos de primeras consciente de que su momento llegaría más tarde por su mejor degradación, mientras Leclerc tenía que defenderse de Russell en lugar de atacar al neerlandés.