Redacción – El Real Madrid se ha clasificado para ‘octavos’ de la Champions como primero de grupo después de derrotar a la Roma (0-2) en otro de esos milagros a lo que acostumbra el equipo blanco a su parroquia tras un partido entre anodino y soporífero. El turco romanista Cengiz Ünder tardará en olvidar este encuentro después de desaprovechar una ocasión tan clara acabando los primeros 45 minutos que silenció a un Olímpico que veía como su equipo superaba a un Real Madrid que no mejora, sólo gana, pero es suficiente, al menos para su entrenador. Sigue siendo la Champions esa competición que sirve para maquillar el estado del Madrid.
La sorpresa llegaba antes del partido con la decisión de Santiago Hernán Solari de dejar a Isco en la grada, apostar por Marcos Llorente para suplir la baja de Casemiro y darle a Lucas Vázquez la oportunidad de darle alegría al ataque madridista. Empezó el partido equilibrado, un espejismo porque la Roma, un equipo resquebrajado por las lesiones, llegaba con tanta facilidad a la portería de Courtois que el Real Madrid se desdibujó. Quizá es que saberse clasificado antes de empezar el partido – el Vikoria Plzen ganó en Moscú 1-2- restaba emotividad al partido. Hacía frío en Roma pero ni siquiera para combatir las bajas temperaturas se movían los jugadores blancos, estáticos, buscando la bola al pie y con tantos errores que el partido se hacia anodino, aburrido, soporífero.
Kolarov pedía penalti por manos claras de Lucas Vázquez. Habían transcurrido sólo 8 minutos de juego y el serbio seguía protestando porque el árbitro no vio absolutamente nada por esas manos en el vértice del área. Un Real Madrid muy plano, perdía el balón con tanta facilidad que desesperaba hasta a Isco, que seguía el partido desde la zona de vestuarios con Luca Zidane.
Carvajal salvaba una internada de El Shaarawy y poco después era Olsen el que evitaba que un balón de Modric acabara en gol. No pasaban los minutos hasta que la Roma se empezó a animar y en menos de un minuto remató con peligro hasta en cuatro ocasiones a Courtois, Schick, Fazio, Kolarov y de nuevo Kolarov para convertir al portero del Real Madrid en el mejor jugador de la primera mitad.
Pero la jugada increíble, imposible diría casi, llegó acabando lo primeros 45 minutos de partido cuando Cengiz Under, muy activo durante todo el encuentro, envió a los nubes una ocasión clara de gol. Estaba solo, absolutamente solo ante Courtois y falló. El turco abandonaba el césped recibiendo el cariño de sus compañeros aunque ese error garrafal dejó conmocionado a la Roma que en el primer minuto de la segunda mitad encadenó dos errores consecutivos – uno de Fazio descomunal- que habilitaba a Bale para que marcase con facilidad. El galés había estado desaparecido durante todo el encuentro y se iluminó para convertir en gol una gran ocasión (0-1) y para desaprovechar otra clara que salvaba Olsen solo un minuto después.
El Real Madrid dominaba en el marcador pero seguía cometiendo unos errores garrafales en defensa, permitía disparos como el de Kluievrt en el 57, daba la sensación de ser un equipo con los recursos justos. Pero en el 58, una contra del Real Madrid con Bale muy concentrada, centraba al área para que Benzema peinase un balón de cabeza dejando el balón a los pies de Lucas Vázquez que marcaba su primer gol en Champions. El 0-2 sólo hablaba de la pegada del Real Madrid.
La Roma movía el banquillo, destrozado Di Francesco por la mala suerte que estaba teniendo su equipo. La grada castigaba la apatía de Nzonzi al ser sustituido por Ante Coric y seguía creando peligro el Real Madrid a la contra que despertaba ‘olés’ de los 1500 aficionados del equipo blanco presentes en la grada.
Tardó 76 minutos Solari en hacer un cambio, Mariano Díaz por Benzema, dando la oportunidad a Valverde minutos después por Modric. Marco Asensio tenía apenas seis minutos para gustar a su entrenador entrando por Bale, el tercer cambio del club blanco, pareciendo más un toque de atención a otro de los futbolistas que parecían importantes esta temporada.
Con la Roma agobiada por el marcador, cada contra del Real Madrid sería media ocasión de gol si no fuera porque el Madrid no está fino. Nada fino. Pero una nueva victoria en Champions da oxígeno a Solari y le permite seguir decidiendo como mover a su equipo.