Redacción – El Atlético de Madrid ganó al Athletic en el Metropolitano en un partido loco y con épica. Mucha. Porque fútbol, el cuadro rojiblanco puso poco. Pero corazón, para dar y tomar. Godín, cojo desde el 63’ y jugando como delantero desde entonces, hizo el 3-2 para los colchoneros en el descuento. Tanto que había sido anulado por el asistente por fuera de juego, pero que el VAR concedió. Antes, Williams había adelantado dos veces a los de Berizzo, Y Thomas y Rodrigo habían igualado. Enorme ocasión perdida por los vascos para poner fin a la crisis. Y monumental reacción de un equipo que honró su himno derrochando coraje y corazón para remontar.
No comenzó mal el Atlético el partido, con una presión alta que impedía al Athletic pasar del medio campo. Rodrigo y Thomas barrían todos los balones que llegaban a su zona, con la ayuda de Saúl y Correa. El problema para los colchoneros estaba en la dichosa posesión. Era suya, sí, pero no fluía el juego. Los de Berizzo se cerraban bien por el centro, tapando todas las vías de acceso a un Atlético empeñado en entrar por ahí. Y cuando probaba por banda (por la derecha, que ocupaba Arias), los centros eran deficientes.
El plan de los ‘leones’ era el de salir a la contra, buscando la espalda de Filipe y del debutante en Liga Montero, con carreras de Williams. Susaeta fue el primero que disparó a puerta (minuto 10), pero Oblak detuvo sin problemas. Arias contrarrestó disparando al lateral de la red para que luego, de nuevo Susaeta probara suerte.
Griezmann estaba desacertado y Costa, que reaparecía, sin chispa. Con Correa dando una de cal y otra de arena, y con Saúl perdido esta vez en banda, el Atlético era incapaz de crear peligro. Daba sensación de ello, pero cuando se aceraba al área, se desvanecía. En cambio, el Athletic crecía. Por su banda derecha, como decíamos anteriormente. Y por ahí, claro, llegó el 0-1. Susaeta le ganó la espalda a Filipe y la puso al centro del área, donde apareció San José para disparar a la escuadra. Llegó Oblak al balón, pero rechazó en el larguero y se paseó por la línea hasta que Williams, solo, la empujó a la red. Silencio en un Metropolitano ya de por sí más callado que el martes ante el Dortmund.
Era el minuto 36, y el Atlético no volvió a acercarse al área de Herrerín hasta el descanso, cayendo una y otra vez en la telaraña de un equipo, el Athletic, que no ganaba desde la primera jornada de Liga, allá por el mes de agosto. Y al término de la primera mitad, llevaba los tres puntos en el zurrón ante un Atlético que había encajado el primer gol de la temporada en la primera parte. Significativo.
No estaba Costa para muchos trotes. Tal vez por eso, Simeone decidió dejarle en el vestuario en el descanso. Entró Vitolo en su lugar y Correa pasó a jugar arriba con Griezmann. La otra variación fue táctica, con Saúl pasando al doble pivote y Thomas a la banda derecha, con el canario entrando por la izquierda. Diez minutos después, y con todo igual, el Cholo retiró a Montero para dar entrada a Gelson. Saúl pasó al centro de la zaga.
Tuvo la sentencia el Athletic, en una gran jugada de combinación que acabó con un centro de Unai para dejar solo a Williams, que disparó abajo, pero apareció Oblak para hacer su parada salvadora. Mantuvo el esloveno al Atlético en el partido. Una hora de juego y los colchoneros no habían rematado a puerta una sola vez. Y a la primera, fue la vencida. Porque quiso Thomas, que agarró un balón a 30 metros, condujo, avanzó y lanzó un derechazo que se coló como un misil en la meta de Herrerín. Golazo para dar aire y vida al Atlético.
Pero sólo duró un minuto. Porque Kalinic, que acababa de entrar por Correa, recibió una falta que no vio Sánchez Martínez, Contra rápida con Muniain poniéndosela en velocidad a Williams, que definió en el mano a mano ante Oblak. Godín, lento en esa acción, se rompió tratando de dar alcance al vasco. Muslo izquierdo. Y sin cambios, se fue de delantero centro para tratar de cazar alguna por alto. De locos.
En esas, Thomas y Saúl eran ya los centrales, Vitolo mediocentro, Griezmann mediapunta… en un Atlético que tiraba de épica para, al menos, rescatar un punto. Vitolo lo intentó, pero el disparo tocó en un defensor. Había muchos espacios para el Athletic, que podía sentenciar a nada que Williams volviese a estar acertado. Con más corazón que cabeza, y Vitolo tirando del carro, lo intentaban los colchoneros, desquiciados con su juego, con el rival y con el árbitro.
Berizzo prefirió mantener el resultado que buscar el tercero, y metió a Raúl García por Williams. Ovación atronadora para el navarro en su vuelta a casa. El empuje rojiblanco tuvo premio. Córner botado por Thomas y Rodrigo, en el primer palo, la tocó lo justo para ponerla junto al palo. Primer gol del madrileño con el Atlético para empatar a diez minutos del final. Y el Metropolitano, volcado. Cualquier cosa podía pasar. Precioso para el espectador neutral. De infarto para los seguidores de ambos equipos.
Y acabo con más locura, Godín, cojo, marcó en el descuento. Prolongó Saúl una falta que fue dudosa, Griezmann la tocó y el capitán metió la cabeza para lograr el 3-2. El árbitro anuló el gol por fuera de juego. Pero hay VAR. Y demostró que el uruguayo estaba dos metros por detrás del último defensor vasco, en este caso, Raúl García. 30 segundos después, estalló el Metropolitano. ¿Que pierde esencia el fútbol? Puede. ¿Que es más justo? Seguro. ¿Apasionante? Como siempre.