El Cádiz sin Anthony Lozano derrotó al Barcelona

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El Barcelona se dejó otro pedazo, ya se verá si definitivo, de Liga en Cádiz, que venció su primer partido liguero como local para derrumbarle por 2-1. Después de tres victorias consecutivas, de mostrar ante Dynamo, Osasuna y Ferencvaros una mejoría evidente en su juego al que acompañó de goleadas solventes e ilusionantes, el equipo de Ronald Koeman volvió a las andadas, sufriendo una derrota tan impensable como crítica que le deja ya descolgado, con apenas diez fechas disputadas, a doce puntos del Atlético de Madrid.

Una noche para olvidar, una jornada desastrosa que comenzó con una mala defensa en un corner, en la que era primera llegada del Cádiz al área de Ter Stegen, y acabó con el equipo azulgrana, vestido de negro, volcado en busca de un imposible, después de que entre Jordi Alba y Lenglet se aliaran para regalar medio gol a Negredo, astuto, rápido y brillante para marcar en el momento oportuno, poco después del empate de Jordi Alba y cuando daba la sensación que la normalidad otorgaría la remontada al Barça.

Si buscaba Messi un doblete con el que igualar la marca histórica de 643 goles de Pelé, se encontró con una decepción mayúscula. Ordenado, atento y solvente atrás, el Cádiz cerró todos los espacios a un Barça impotente durante la primera mitad. Aprovechó el equipo de Álvaro Cervera su única ocasión y a partir de ahí el continuado protagonismo con el balón del Barça, traducido en más de un 80 por ciento de posesión, no se tradujo en un empate que llegaría ya después del descanso. Un empate breve.

SIN IDEAS

Sin profundidad en la primera mitad, la búsqueda de una rebelión futbolística tras el descanso no le ofreció mejor resultado al Barcelona. Mejoró con la entrada de Pedri y a base de paciencia, que no de brillantez, acabó por encontrar el empate antes de llegarse al cuarto de hora, en una jugada afortunada por cuanto el centro de Alba lo rozó lo justo el pie de Alcalá para despistar a Ledesma.

Se entendía el momento oportuno para darle la vuelta a la situación y, sin embargo, fue la puerta de entrada al desastre. Dos ataques consecutivos del Barça en que se pensaba era el preludio de la remontada dio paso a la jugada vital y quien sabe si decisiva en la suerte del campeonato.

Un saque de banda criminal de Jordi Alba en su lateral hacia Lenglet, en el área, el despiste del francés que no supo ni reaccionar cuando le atacó Negredo, la salida lateral desesperada de Ter Stegen cuyo intento de rechace rebota en el propio Negredo… Y el gol, golazo, del veterano delantero esperando a que De Jong se cruzase por el suelo…

2-1. Una imagen impropia para un equipo aspirante a algo en una Liga que contempla la carrera desenfrenada del Atlético y que tuvo un sábado en que el Real Madrid, ese equipo en crisis y que mira de reojo a Zidane, ganase en Sevilla para escapar a seis puntos.

Mucho, demasiado, deberá remar el Barça en esta Liga si quiere, aún faltando 28 partidos para el final del campeonato, aspirar a dar caza a todos los equipos que se le escapan en la clasificación. No se recuerda un inicio de Liga igual de decepcionante… Y fue, una vez más, una noche para olvidar, sumando la cuarta derrota en diez partidos, ante un Cádiz que ya fue capaz de derrotar al Real Madrid pero que no había logrado ganar ni un partido como local desde que comenzó la temporada.