Luego de la ventaja de dos goles conseguida en Avellaneda, River viajó con tranquilidad al Gran Parque Central para afrontar la revancha ante Nacional y no tuvo mayores inconvenientes para liquidar la serie y meterse en semifinales de la Copa Libertadores.
Como era de esperar, en el arranque los dueños de casa se pararon unos metros más adelante que en el partido de ida, dispuestos a presionar la salida y a buscar con decisión el arco de Franco Armani. Pero un remate de media distancia de Emiliano Martínez fue lo único que pudieron hacer en el primer tramo del encuentro.
Apenas el Millonario hizo pie, empezó a demostrar su evidente superioridad y en la primera aproximación Jorge Carrascal estuvo a punto de convertir entrando por el segundo palo tras un centro de Gonzalo Montiel, aunque Sergio Rochet estaba bien parado y logró evitar la apertura del marcador.
Minutos más tarde, el arquero uruguayo fue el protagonista de la acción que terminó de sepultar las esperanzas del Bolso: luego de un gran pase largo de Carrascal a espaldas de la defensa, salió lejos del área y pudo anticipar a Rafael Borré, pero intentó hacer lo propio con Matías Suárez y le cometió una violenta infracción por la que Roberto Tobar lo expulsó.
Si con el equipo completo le costaba, con 10 hombres en cancha Nacional fue una sombra. Antes de la media hora, el talentoso volante colombiano que lleva la 8 en River ratificó que estaba teniendo una gran noche con una brillante definición al segundo palo después de una asistencia de Suárez y liquidó la historia.
Los del Muñeco se dedicaron a hacer circular la pelota en campo contrario mientras los minutos transcurrían y, con paciencia, buscaban el segundo. Un potente y preciso disparo de Nicolás De La Cruz desde unos 25 metros estiró la diferencia que ya para ese entonces era irremontable.
Con lo que le quedaba de corazón, el Tricolor pudo descontar cuando Ayrton Cougo se filtró por la izquierda y definió por debajo del cuerpo de Armani, aprovechando una buena maniobra colectiva.
El complemento empezó intenso, con un gol de Bruno Zuculini para aumentar la ventaja y otro de Santiago Rodríguez que dejó en claro, una vez más, que los locales iban a dejar todo hasta el final, pese a que ya sus chances fueran casi nulas.
A medida que el reloj corría, los dirigidos por Jorge Giordano se iban quedando sin energías y los argentinos jugaban a voluntad. Fiel a su condición de goleador, Borré marcó tres tantos más ingresando por el centro del área, todos ellos con asistencias de Gonzalo Montiel, y superó a Lucas Alario como máximo anotador en la era Gallardo.
La diferencia de jerarquía fue abrumadora y River está otra vez entre los cuatro mejores de América. En enero se medirá con Palmeiras, otro peso pesado del continente, en busca de una plaza en la gran final en el Maracaná.