Redacción – El PSG tenía ayer cita en Dresde con el Dinamo y tiene otro amistoso concertado para el sábado ante el Nuremberg. En ninguno de los dos estará Neymar . Mientras sus compañeros se preparan en Alemania, él estará trabajando en el American Hospital de París completando la recuperación de su última lesión. Y lo que es más importante, sabiendo que el campeón francés no le facilitará la salida como Neymar quisiera que lo hiciera. Por la cara.
El Barcelona, que observa la situación como quien oye llover, como si no tuviera nada que ver en lo que está sucediendo en torno a la relación del futbolista con su actual club, da la impresión de estar esperando a que el PSG (evidentemente hasta el gorro del menosprecio de Neymar ) le ofrezca la posibilidad de repescar a un futbolista que sólo quiere jugar en el Barça. Una estrategia en la que es imposible imagina al Barça como sujeto pasivo. Más bien como colaborador necesario en una operación de tal dificultad que será dificilísimo concretarla. Ahora bien, el Barça insiste en repetir que la relación con Neymar es la que era, que no ha habido ningún avance pero que sí, efectivamente, sabe por los medios que el jugador quiere salir de su club y de la Liga francesa.
Bartomeu , que se ha gastado 120 millones con Griezmann , 75 (+11) con De Jong y 26 (+9) con Neto, no quiere desembolsar ni un euro por Neymar, el futbolista que hace dos años, cuando ya se estaban bajando las persianas del mercado, decidió plantar al Barcelona y marcharse a París. Esta iniciativa presidencial, confirmada por distintas fuentes, sólo contempla un intercambio de futbolistas. A pelo, vamos. Por ejemplo, es un decir, Neymar por Coutinho más Umtiti (o Rakitic )…
Otra posibilidad, de la que también se ha hablado y escrito en todas partes, es incluir en el negocio a Ousmane Dembélé de quien, sabiendo que el Barça sólo contempla un intercambio, ahora se puede entender que Bartomeu esté diciendo que el francés es hoy en día mejor jugador que el brasileño. Algo que, traducido, lleva al intercambio. Un escenario que Neyma r debe conocer porque, de otro modo, no se entiende que esté vacilando a su club con la crueldad innecesaria de quien no quiere seguir ni un minuto más allí.
Los medios franceses explicaban ayer que nada más llegar a París de sus alargadas vacaciones, Neymar tuvo que verse cara a cara con Leonardo y que el nuevo DT del PSG fue concluyente. Estaban calibrando la sanción que deben imponerle por presentarse con retraso y, además, se le informó que su soñado regreso a Barcelona iba a ser complicado. Y es que el PSG, aunque no sea de primera mano, conoce las intenciones del Barcelona: un intercambio. Y por ahí, sin ver un euro por un tipo que les costó 222 millones (comisiones al margen), no pasan.
Entramos, pues, en un nuevo capítulo. En la previa de una negociación que no se ha iniciado. Leonardo ha reconocido contactos indirectos con el Barcelona. Insuficiente relación para desatar este nudo. Habrá que sentarse y hablar. Estirar y aflojar cosa que, en el caso del Barça, tendría que aflojar la pasta. Lo lógico es que los franco-qatarís quieran cobrar. Un día de estos, más a finales de agosto que de julio, puede que sepamos cuánto. Mientras tanto, ver, oír y hablar de quien va a terminar cediendo. Si es que cede alguien.