Redacción – La comparecencia de Eder Militao ante la prensa tras su presentación como refuerzo del Real Madrid terminó abruptamente cuando el jugador sufrió un mareo.

“Me estoy mareando; es demasiada emoción. No puedo decir nada más”, dijo el jugador de 21 años antes de levantarse para abandonar la sala de prensa del Santiago Bernabéu.

Habían pasado menos de dos horas desde que el presidente de la institución, Florentino Pérez, le diera la bienvenida en el palco de honor antes de cumplir con el ritual: salir al centro de la cancha del Santiago Bernabéu, al rayo del sol, a saludar a su nueva afición.

Hace apenas tres días, Militao festejaba el título de la Copa América de la selección de Brasil de la que formó parte. Llegó por la madrugada a Madrid, lo que pudo causar una descompensación.

“Todo ha sucedido muy rápido”, había dicho varias veces el jugador en referencia a su meteórica llegada a la elite.

Un año en el primer equipo de Sao Paulo, con el que disputó 37 partidos, bastó para llamar la atención de un histórico europeo, el Porto, equipo al que llegó en el verano de 2018 para hacerse, casi de inmediato, con el puesto titular en la central. Pocos meses después, a principios de 2019, se convertía en el defensa más caro en la historia del Real Madrid después de que el club llegara a un acuerdo con la institución lusa por 50 millones de euros.

“Ha sido un año muy bueno en el Porto; desde que llegué toda la plantilla me recibió de la mejor manera posible. Desde el primer partido todos han creído en mí; agradezco mucho haber pasado por el Porto y todas las cosas que aprendí. Estoy muy feliz de haber tenido esa experiencia. Todo está sucediendo deprisa. No lo soñaba pero gracias a Dios lo he conseguido.

«He jugado poco tiempo en Sao Paulo, poco en el Porto, y hoy llego al mejor club del mundo. Estoy muy contento; es evidente que no me voy a quedar solo con eso. Quiero hacer un buen trabajo”, afirmó el brasileño.

A Militao no le falta ambición. Tras ver cumplido su sueño de recalar en el que calificó como “el mejor equipo del mundo”, aseguró que llega para poner las cosas difíciles al entrenador Zinedine Zidane y convertirse en una competencia real para Sergio Ramos y Raphael Varane, hasta ahora, indiscutibles para el francés.

“(La afición) Puede esperar a un jugador muy competitivo que lo va a dar todo por esta camiseta y jugará como si fuese el último partido. Voy a hacer una buena temporada y traer mucha felicidad a la afición.

«Creo que va a ser una competencia muy buena. Yo he venido a hacer mi trabajo; no va a ser fácil, pero voy a hacer lo mío y lo que diga el entrenador. Si el entrenador me da la oportunidad yo voy a hacer un buen trabajo”, señaló Militao.

El central, que también puede ser una amenaza para Dani Carvajal y Álvaro Odriozola como lateral diestro, se define como un jugador “polivalente que juega siempre por amor a lo que hace y que no le gusta perder”.

“Siempre espero lo mejor de mí; soy un jugador muy competitivo”, recalcó Militao, al tiempo que afirmó que en el momento en que tuvo conocimiento del interés del Real Madrid, afirmó el defensa, tuvo la certeza que su trabajo “se estaba haciendo bien”.

“No me lo pensé dos veces; me veía jugando en el mejor club y es una sensación muy buena ver como un gran equipo quiere que seas parte de su plantilla, así que me hizo muy feliz recibir esa noticia”, dijo.

Militao llega a Madrid después de consultar a los mejores ‘consejeros’ posibles, sus excompañeros en el Porto, Iker Casillas y Pepe, dos históricos merengues.

“Me han dicho que es un gran club pero todo mundo lo sabe”, dijo antes de hacer referencia a los tres títulos de Champions League conquistados en cinco años.

“(Pepe) Me dijo: ‘ve tranquilo, haz un buen trabajo y sigue creciendo’ para que yo me quede aquí”, agregó.

También tuvo un recuerdo para otros ex compañeros, que a partir de hoy, serán acérrimos rivales. Héctor Herrera y Felipe, hoy en el Atlético.

Militao fue el primero en recordarle al mexicano “la gran rivalidad” entre sus nuevos equipos en cuanto se hizo oficial su fichaje por el cuadro colchonero, cuando le respondió a su anuncio en redes sociales que “ya sabemos quién manda en Madrid”. El defensa, sin embargo, reconoció que no será “sencillo” enfrentarlo. Pero haciendo gala de su ambición, sonrió al recalcar que no tendrá compasión cuando se midan en el derbi.

“Sé que hay una rivalidad muy grande y no va a ser sencillo, pero aquí pueden estar seguros que voy a hacer todo lo posible”, dijo.

Poco después se le empezó a ver incómodo. Le costaba hablar y se ajustaba constantemente la corbata. Ya fuera a causa el calor, jet-lag, las múltiples emociones, o el conjunto, no pudo seguir hablando.