En la previa de su cumpleaños número 60 este viernes, la leyenda argentina Diego Maradona le dio una entrevista a France Football donde dijo que sueña con marcarle un gol a Inglaterra con la mano derecha.
Aquel partido de cuartos de final de 1986 en el Estadio Azteca de la Ciudad de México sigue siendo el momento que definió su carrera, y tal vez su vida. Obviamente, estamos hablando del partido en el que puso al equipo albiceleste arriba de Inglaterra con la famosa «mano de Dios» –metió la pelota en el arco hábilmente con la mano, sin que los árbitros se dieran cuenta– y luego dobló la ventaja con un extraordinario esfuerzo individual que más tarde ganó una encuesta de la FIFA para encontrar el «gol del siglo».
Su actuación, y sus goles, en la semifinal contra Bélgica quizá hayan sido mejores. En la final contra Alemania Occidental asistió el gol del triunfo con un pase perfectamente calculado para Jorge Burruchaga. Tuvo momentos magníficos con Argentinos Juniors, un breve pero amado ciclo en Boca Juniors, y quizá su cuerpo de trabajo más exitoso y consistente hayan sido sus títulos italianos con Napoli.
Pero aquella tarde contra Inglaterra en México siempre será la más destacada. Esto tiene mucho que ver con el rival, y no sólo porque Inglaterra y Argentina habían estado en guerra por las Islas Malvinas cuatro años antes.
Maradona es la ilustración perfecta de la dinámica del fútbol argentino. Introducido por los británicos, y repleto de prestigio europeo, fue reinterpretado por los locales, quienes descubrieron que el fútbol se prestaba muy bien para un estilo de danza, muy natural para jugadores con un bajo centro de gravedad. Y esa reinterpretación se tradujo en triunfos y reconocimiento internacional.
Petiso y robusto, Maradona, un jugador de orígenes humildes, era el prototipo del hombre argentino, quien ese día contra Inglaterra encarnó una fantasía nacional. Como todos los jugadores altamente talentosos, solían pecar contra él mucho más de lo que él lo hacía, y jugó en una época en la que el deporte se estaba desarrollando físicamente y había poca protección de los árbitros. El coraje era una necesidad, y parte de la estrategia de supervivencia era la astucia — muy evidente en aquel polémico gol con la ‘mano de Dios’. El mensaje a sus compatriotas fue evidente; los ingleses tendrán el poder formal, pero nosotros somos más astutos. Y, al gritar el segundo gol, somos mejores. Todo el partido fue escrito a partir del sueño de un país.
Este fue un símbolo muy potente en el deporte, y nada en la vida de Maradona iba a volver a ser igual. El ex capitán de Argentina, Roberto Perfumo, hizo una comparación con Julio César. El emperador romano tenía personas que caminaban detrás de él, susurrándole al oído que era un simple mortal. La sociedad argentina, comentó Perfumo, ha hecho lo contrario con Maradona.
Pero, aunque ha sido divinizado, Diego no es un Dios. Vivir en la posteridad de 1986 no ha sido fácil. Hubo muchos excesos, algunos de ellos vividos en público. Hubo muchas veces en la que parecía imposible que llegase así de lejos. Es por eso que sus 60 años deberían ser celebrados a lo grande. Muchos en Argentina, y alrededor del mundo, lo quieren y se identifican con él más precisamente debido a su tendencia de cometer errores y caer, sólo para luego levantarse y reinventarse una vez más.
En este momento es entrenador de Gimnasia, un equipo relativamente débil de la primera división argentina. Sin dudas, podría arreglárselas sin tener que hacerse cargo de un puesto de ese estilo y sólo dedicarse a hacer apariciones personales. Pero él elige ponerse a prueba y al mando de un equipo – sin dudas, una tarea admirable. No hubo partidos desde mediados de marzo, cuando la pandemia del coronavirus forzó la suspensión de las actividades. Pero la fecha ha sido elegida de manera deliberada para retomar este viernes, el día del cumpleaños de Maradona. Gimnasia es el primer equipo, y hará rodar la pelota en casa ante Patronato.
Pero parece poco probable, sin embargo, que Maradona esté presente. Argentina, en este momento, está cursando los peores momentos de la pandemia, y después de haber estado en contacto con alguien que dio positivo, Maradona debe estar aislado.
Los meses de encierro, según se ha informado, no han sido buenos para su estado de ánimo. Pero teniendo en cuenta su edad e historial médico, sin dudas es una persona de riesgo y tiene que protegerse — Gimnasia le aconsejó quedarse en casa y no asistir a los entrenamientos que retomaron en agosto. Después de todas las alegrías que ha dado a muchos, sin dudas merece salir bien parado de esta pandemia y celebrar muchos cumpleaños más, proponerse más desafíos y seguir soñando con los goles que desearía marcar, tanto los legales como todos los demás.