La final entre México y Estados Unidos fue suspendida por unos minutos por los insultos de aficionados mexicanos
Gianni Infantino, presidente de la FIFA, aseguró sentirse «extremadamente decepcionado» a través de un mensaje publicado en su cuenta en Instagram «por los cánticos discriminatorios durante la final de la Concacaf Nations League» que enfrentó a las selecciones de México y Estados Unidos.
«Me sentí extremadamente decepcionado por los cánticos discriminatorios durante la final de la Liga de Naciones de la Concacaf entre los coanfitriones de la Copa Mundial de la FIFA 2026, Estados Unidos y México, que provocaron la interrupción temporal del partido en más de una ocasión, de acuerdo con la primera fase del protocolo de tres pasos de la FIFA», escribió.
«La discriminación, de cualquier tipo, no tiene cabida en el fútbol ni en la sociedad, y pido a las autoridades pertinentes que se aseguren de que los responsables rindan cuentas por sus actos», señaló asimismo en referencia a un encuentro disputado en el AT&T Stadium de Arligton, Texas, y que terminó con el triunfo de Estados Unidos por 2-0 para ganar su tercer título consecutivo en el certamen.
Los incidentes a los que se refiere Gianni Infantino los produjeron aficionados de México, quienes comenzaron a entonar el grito discriminatorio que suelen repetir contra el portero del equipo rival cuando las cosas van mal.
En una primera instancia, el sonido local pidió a la afición que asistió al estadio que detuviera el grito discriminatorio, debido a que no siguieron las indicaciones, en el minuto 88 el árbitro Drew Fischer detuvo el partido ante los constantes gritos de los aficionados, que, tras la reanudación del partido, volvieron a gritar, lo cual llevó a Fischer a interrumpir nuevamente las acciones, segundos antes del final.
México y la Concacaf, desde hace varios meses, han puesto en práctica protocolos para evitar que se siga escuchando el grito discriminatorio, no han funcionado, debido a que sigue apareciendo la expresión cada vez que el Tricolor va perdiendo un partido.