El equipo merengue perdió 1-0 en el tiempo de juego, pero clasificó en penales
Real Madrid derrota en penales al Atlético y clasifica a cuartos de la Champions League.
28 segundos. Eso es lo que tardó el Atlético de Madrid en igualar la eliminatoria. Los planes de Simeone y Ancelotti saltaron los aires nada más comenzar el encuentro. Sacó de centro el equipo rojiblanco, balón largo y despeje de Asencio que cae a Julián. Apertura a banda, centro de De Paul que toca Giuliano y Gallagher, la sorpresa en el once, remacha en boca de gol. El Madrid no se había enterado y el Metropolitano ya estaba en éxtasis (más todavía) viendo cómo su equipo se adelantaba en el marcador.
Se preveía que el Atleti saliese fuerte. Pero no dio tiempo ni a comprobarlo. Tampoco cuál era el plan del técnico italiano, si la presión de los locales iba a ser alta… Porque el 1-0 lo cambió todo. O tal vez no. Nunca lo sabremos.
El Atleti le dio la bola al Madrid para juntarse atrás (todos en 30 metros) y no dejar correr a Mbappé, Vinicius y compañía. Los blancos acumulaban la posesión, pero no eran capaces de encontrar resquicios en la zaga colchonera. Un disparo de Rodrygo desde la frontal fue el único acercamiento del primer acto.
Por contra, el empuje lo ponían los del Cholo, que llegaban más. Y con peligro, en las pocas ocasiones que atacaron. Un chut de Julián que rechazó Courtois, un cabezazo de Lenglet en córner, un intento de Griezmann, otra de La Araña…
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REAL MADRID NO TUVO CONTROL
Con la posesión estéril del Madrid y el colmillo del Atleti cuando robaba y podía morder transcurrió y murió la primera parte. Y la segunda comenzó igual, con salida fuerte de los rojiblancos hasta que de nuevo dieron un paso atrás y con ello, el balón al rival. Definitivamente, era el plan. Una pérdida del Madrid, una carrera de Giuliano, un saque de esquina… Así rozó el segundo Giménez con la testa.
Los de Ancelotti se hartaban de manejar el balón en tres cuartos de campo, pero sin la velocidad necesaria para sorprender al ordenado Atlético. Lucas y Camavinga entraron por Modric y Tchouameni, pasando Valverde al medio.
Y lo que Simeone quería evitar a toda costa, que el Madrid corriera, pasó. En un ataque del Atlético mal resuelto por Griezmann, los blancos montaron una contra que acabó en Mbappé. Salió Giménez (mal), y el francés se fue con facilidad para encarar a Lenglet que le derribó en el área. Penalti. Cogió el balón Vinicius… para mandarlo a las nubes.
Era el minuto 70. Simeone, por cierto, seguía sin mover el banquillo, mientras Ancelotti metía a Brahim por Rodrygo en el 78’. Las continuas pérdidas de Griezmann daban aire (y ataques) al Madrid. No estaba el galo. Al fin actuó Simeone. Primero metió a Lino por Gallagher y después a Correa y Sorloth por Giuliano y Griezmann. Y se De Paul dijo basta. Entró Molina.
La tuvo Correa nada más salir, pero se le fue arriba tras revolverse en el área. Y se acabó. A la prórroga, con la que muchos contaban. La novena entre ambos equipos desde que está el Cholo.
Volvió a amenazar Correa. Respondió Brahim. Luego lo intentó Sorloth. El partido se rompía. Aparecía el cansancio. Y los espacios. Fin de la primera parte. 15 minutos para evitar los penaltis. Daba la impresión de llegar mejor el Madrid a ese tramo final, pero tampoco hacía daño. Todos los caminos llevaban a los penaltis. Y ahí llegamos. Las dos tandas anteriores fueron para el Madrid. El escenario, el fondo sur.
Y como siempre, la fortuna sonrió a los blancos. Julián marcó el suyo pero se resbaló y dio dos veces al balón. Intervino el VAR y fue anulado. También lo marró Lucas. Y luego Llorente lo mandó al larguero. Rudiger metió el definitivo. La pena fue máxima para un Atlético que mereció más pero que volvió a quedarse a las puertas ante su bestia negra en Champions. El Madrid, a cuartos.
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