Redacción – Nació en 1985 como el torneo llamado a ser el quinto Grand Slam, ya que se reunía en un mismo evento sendos supercuadros masculino ATP y femenino WTA durante dos semanas, al estilo de uno de los cuatro ‘grandes’.

El conocido como Lipton, por el nombre del principal patrocinador durante muchos años, o Key Biscayne, por su ubicación desde 1987 en Crandon Park, fue durante décadas una referencia, pero acabó siendo superado por otras competiciones combinadas con instalaciones más modernas.

Sin capacidad de crecimiento y remodelación profunda ante las continuas derrotas en los juzgados contra reclamaciones vecinales, el evento que rige la empresa IMG de organización y representación optó por el cambio de sede. Manejó la posibilidad de emigrar a otra ciudad, pero la autoridad de Miami respondió conservándola.

La solución emergió en el norte de la localidad, en el Hard Rock Stadium, el escenario de los Miami Dolphins de la NFL. El máximo accionista del equipo y propietario de la instalación, Stephen Ross (desarrollo inmobiliario), invirtió 500 millones de dólares (440 de euros) a través de una fundación para remozar al completo una obra que databa de 1987.

El estadio actuará de cancha central durante el torneo de tenis. Ya está anunciado a continuación un concierto de los Rolling Stones. En total se han dispuesto 30 pistas (por las 29 de Crandon Park), de las que las otras 29 serán estables, convirtiendo buena parte de los extensos parkings en un ‘club’ de tenis con una pista principal para 5.000 espectadores. De una capacidad de 25,062 personas crece a una de 32.474.

Y, lo más importante, el torneo, que mueve 16 millones de dólares sólo en premios a los tenistas, ofrecerá salas más espaciosas y dotadas para patrocinadores, aficionados y los protagonistas en pista, que gozarán de unos vestuarios, una sala de jugadores o un gimnasio “de máximo lujo”, subraya el director deportivo, el ex tenista James Blake.

Entre las novedades, los ocho mejores del mundo en hombres y mujeres contarán con su propio vestuario privado, como ya sucede por ejemplo en los Masters finales de campaña.