El oligarca ruso y propietario del Chelsea FC Roman Abramovich y dos miembros de la delegación ucraniana presentaron síntomas de “envenenamiento con un agente químico” tras una reunión, mantenida del 3 de marzo en Kiev, con un empresario ruso y como parte de las negociaciones de paz en Ucrania, según revela The Wall Street Journal.
Tanto Abramovich como el diputado ucraniano Rustem Umerov y una tercera persona no identificada desarrollaron erupciones en la cara y en las manos e irritación en los ojos tras ese encuentro, aunque su estado de salud no revistió al parecer gravedad. Según ha confirmado el portal de periodismo de investigación Bellingcat (creado por el bloguero británico Eliot Higins), los tres presentaron “síntomas consistentes con el envenenamiento con armas químicas”.
El fantasma del agente químico Novichok -usado en el 2018 contra el ex espía Sergei Skripal y su hija Yulia, y en 2021 contra el disidente Alexei Navalny- planea de pronto sobre las negociaciones de paz previstas para esta semana en Turquía. Abramovich se ofreció como intermediario a los pocos días del inicio del conflicto y ha viajado frecuentemente entre Moscú, Kiev y Estambul para participar en las conversaciones.
El oligarca ruso, sancionado por el Gobierno británico y por la UE por sus vínculos con Vladimir Putin que se remontan a los años 90, ha intentado lavar su reputación ofreciendo un acercamiento al Gobierno ucraniano. Según revelan medios británicos, Abramovich ha llegado a entregar personalmente a Putin cartas escritas a mano por el presidente Volodimir Zelenski.
Según testigos, Putin reaccionó aparentemente enojado tras la última carta de Zelenski detallando sus condiciones para la paz. De acuerdo con The Wall Street Journal, el posible envenenamiento de Abramovich y los miembros de la delegación ucraniana pudo partir de directamente de los partidarios de la «línea dura» y contrarios a un acuerdo de paz en el círculo del propio Putin.
Especialistas en armas químicas consultados por Bellingcat han llegado a la conclusión de que la cantidad usada en el supuesto “envenenamiento” no era suficiente para poner en peligro la salud de los afectados, pues las erupciones en la piel remitieron a los pocos días, al igual que el escozor en los ojos. Según fuentes citadas por The Wall Street Journal, el incidente se interpreta más bien como una “advertencia” o una forma de intimidación.
Un portavoz de Zelenski señaló que el presidente ucraniano «no tiene ningún conocimiento de intentos de envenenamiento». “Todos los miembros del equipo negociador están trabajando normalmente”, precisó el portavoz, que restó importancia a «las especulaciones y las teorías conspiratorias». Zelenski ha dado en cualquier caso su apoyo a la mediación de Abramovich, citado como “uno de varios empresarios rusos que pueden ayudar en un desescalada de la guerra y en la reconstrucción de Ucrania”.
Roman Abramovich, de 55 años y padre de siete hijos de tres matrimonios, mantiene una relación amorosa con una mujer de origen ucraniano y residente en Moscú, Alexandra Korendyuk, de 25 años. El oligarca de origen judío, enriquecido tras la privatización del gigante petrolero Sibneft, ha mantenido durante su vida una relación comercial con Ucrania, donde presume de tener buenos amigos.
Abramovich ha llegado a figurar durante varios años consecutivos entre los 10 más ricos del Reino Unido, aunque en 2018 decidió afincarse en Israel. El Gobierno de Boris Johnson congeló hace dos semanas todos sus activos e inmuebles en suelo británico. El Chelsea FC ha sufrido graves restricciones a la espera de que consume la venta estimada en unos 3.000 millones de euros y en la que han quedado como finalistas cuatro grupos multinacionales, con capital británico, americanos y suizo.