Redacción – La japonesa Naomi Osaka (4) aseguró tras vencer en la final del Abierto de Australia a la checa Petra Kvitova (8) que cada vez que tiene un sueño es capaz de conseguirlo, sin saber muy bien cómo, y que el último que tuvo fue salir campeona de Melbourne Park.
«Todavía siento que es todo muy extraño. Siento que estoy viva pero que no es del todo real, si eso tiene un poco más de sentido», agregó la joven japonesa de 21, quien se convertirá en la primera asiática en liderar la lista WTA tras la actualización de este lunes.
Osaka, quien consiguió su segundo ‘major’ consecutivo tras lograr el Abierto de EE.UU en el pasado septiembre, comentó, en un tono muy despreocupado, que sus sentimientos tras brillar en Melbourne son «de estar cansada».
«No entiendo cómo todo el mundo está despierto ahora mismo. A lo mejor mañana pensaré más sobre todo esto pero por ahora, no lo sé, estoy todavía un poco impactada. Es como si el partido no se hubiera acabado pero en realidad sí que se ha terminado», dijo la primera japonesa en conquistar el Abierto de Australia.
La tenista, quien comparte la nacionalidad estadounidense con la japonesa, también argumentó sobre cómo sobrellevó el duro golpe recibido por parte de su contrincante después de remontar tres bolas de partido para apuntarse el segundo parcial.
«No fue ningún drama. Las pelotas de partido fueron con su saque y ella en teoría tiene que mantener su servicio. Ella es una de las mejores jugadores del mundo y es por ello que no fue ningún drama», valoró la tenista nacida en Osaka (Japón).
La campeona también admitió que fue una sorpresa para ella poder recibir el trofeo por parte de la extenista china Li Na, quien ganó el ‘major’ australiano en 2014.
«Al principio estaba completamente sorprendida y tenía ganas de llorar un poco pero fue un honor que ella me estuviera dando el trofeo», agregó.
La jugadora nipona quitó hierro al hecho de que se convertirá este lunes en la nueva número uno y aseguró que pensará sobre ello cuando figure como tal en el siguiente torneo.
«Por ahora estoy más feliz por haber conseguido el título, quizás en el próximo torneo sienta algo más cuando vea mi nombre al lado del número uno», comentó al respecto.
Por último, Osaka repitió, después de haber incidido sobre ese tema a lo largo de las dos semanas en Melbourne, que no se le da especialmente bien hablar en público aunque le gustaría tener esa habilidad.
«Hablar en público es cuestión de talento y sí que es verdad que a mí me gustaría ser mejor hablando. Pero, en primer lugar, yo no suelo hablar mucho en mi día a día. Yo podría hablar solo diez frases», concluyó la japonesa tras proclamarse campeona de la 51ª edición del Abierto de Australia.