Redacción – Isco Alarcón está viviendo con Santiago Solari una situación complicada, pero que no es nueva para el malagueño. El centrocampista, uno de los pesos pesados del vestuario del Real Madrid, ha pasado ya por varios capítulos de falta de confianza de su entrenador, pero acabó aguantando y revirtiendo el panorama.

En la temporada 2015-16, Isco había jugado 21 partidos, los mismos que lleva esta. Con Rafa Benítez en el banquillo, el de Arroyo de la Miel no acabó de tener la confianza del técnico español y tuvo también un diciembre negro, como el vivido con Solari. Isco empezó teniendo cierta regularidad con el actual entrenador del Newcastle, pero una derrota cotra el Sevilla, en la que apenas jugó 63’, supuso un antes y un después. En el siguiente partido de liga, el Clásico contra el Barça disputado el 21 de noviembre en el Bernabéu, el centrocampista fue suplente, entró en el minuto 56 del partido, con 0-3 en el marcador, y acabó expulsado por roja directa en el 85’, cuando el resultado ya era de 0-4.

Isco se perdió los dos siguientes partidos por la pertinente sanción y el 13 de diciembre, ante el Villarreal volvía al equipo. Ya como suplente y jugando apenas 12 minutos en una nueva derrota merengue. Ya no volvió a contar para Benítez que prescindió de él en sus tres siguientes partidos ligueros, en los que calentó banquillo. Pero las urgencias merengues se llevaron por delante al técnico español y Zinedine Zidane se hizo cargo del equipo, devolviendo a Isco a la titularidad.

La renovación pendiente

Sin embargo, la temporada siguiente, la 2016-17, Isco volvió a convertirse en estrella relegada y Zidane no contó con él de inicio, jugando apenas 77 minutos en los primeros 9 partidos de la Champions League (uno se lo perdió por lesión), de los que participó en dos, uno como titular. En Liga no fue titular hasta octubre, pero Zidane le dejó fuera de partidos comprometidos como ante el Valencia en Mestalla (2-1 para los ché) o el Bernabéu de nuevo en el Clásico (2-3 para los azulgranas).

Eran momentos de tensión con el club, más que con el entrenador, e Isco, al que le quedaba un año de contrato con el Real Madrid, tuvo la oportunidad de rendirse y esperar a un traspaso sonado o a quedar libre, con equipos como el Barça merodeando. Sin embargo, cuando Zidane se jugó las castañas, volvió a contar con Isco que fue titular en Champions contra el Bayern, en las semifinales ante el Atlético de Madrid y en la final contra la Juventus. En septiembre, además acabó renovando con los blancos, e Isco se convirtió en ‘intocable’ de Zizou.