Fue de Boca porque fue mejor. Y los mejores, ganan. Fue de Boca porque lo buscó. Y el que busca, encuentra. Fue de Boca porque aguantó su peor momento. Y una buena defensa, algunas veces, es el mejor ataque. Fue de Boca por peso de equipo, por chapa de candidato, porque también, esta vez, tenía que ser de Boca. Fue de Boca 3-0, con contundencia, con goleada, con autoridad. Fue de Boca por ese cabezazo de Rojo que se le escapó a Marinelli. Fue de Boca por ese golazo a lo Roberto Carlos de Fabra. Fue de Boca por Vázquez, cada vez que entra, no falla. Fue de Boca. Es de Boca, sí. El título, la Liga, la estrella 72, la revancha, el trono del fútbol argentino, la fiesta interminable de sus hinchas.
Boca festeja una vez más porque sabe sufrir. Porque sabe sobrevivir. Porque sabe transformar las crisis, vencerlas, darlas vueltas. Si lo sabrá Battaglia, otra vez campeón, ahora sí el más ganador de la historia del club con 19 títulos. A su equipo se le podrá seguir cuestionando algunas deudas futbolísticas, pero no el carácter para afrontar las bravas, no la personalidad para los mano a mano. En los mata mata, el DT, sus jugadores, fueron letales. Ya son siete partidos así en el ciclo. Esta vez, otra final. Esta vez, un nuevo título, para completar el reinado en el fútbol nuestro, porque también el Xeneize es el campeón de la Copa Argentina.