Cádiz con Anthony Lozano de titular perdió ante Athletic y se complica en su lucha por la permanencia

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Con la presencia del hondureño Anthony Lozano, quien jugó 70 minutos y fue amonestado, el Cádiz CF vio truncada su reacción con una derrota con la que no se contaba. Y no porque el Athletic Club no tenga argumentos para vencerle, sino porque la primera parte de los amarillos fue nefasta y ya fue lastrado todo el partido. La reacción de la segunda parte no valió para nada.

Que no iba a ser fácil enlazar una segunda victoria quedó claro desde el inicio del partido. A la nada ya Ledesma tuvo que emplearse a fondo en una gran ocasión del pequeño de los Williams.

Parecía que la defensa amarilla no estaba tan ajustada como en el Camp Nou y se confirmó a los tres minutos, cuando un fallo en cadena acabó con el balón dentro de la portería de Ledesma. Un disparo de Raúl García que no parecía peligroso puso por delante a los suyos.

Al equipo le costaba reponerse de un golpe tan rápido. El Athletic estaba cómodo y mostrando la calidad que tiene arriba.

El Cádiz se fue serenando y al filo del primer cuarto de hora reclamó un penalti en una ocasión clara de Negredo, que mandó el balón fuera delante de Unai Simón. Que se sepa, la jugada no fue revisada.

Sí se pitó un penalti absurdo de Espino a Nico Williams. El uruguayo defendió muy mal esa jugada y a los 22 minutos el marcador era de 0-2 después de que Muniain marcara en segunda instancia, tras detener Ledesma el disparo inicial.

Había que recomponerse y el Cádiz quiso hacerlo a través del balón. Empezó a tocar como en partidos anteriores y llegaba sobre todo por la derecha, a través de Alejo, pero no era capaz de crear ocasiones claras. Negredo la tuvo en el minuto 38, pero su cabezazo salió a las manos de Unai.

Parecía que había motivos para las esperanzas, pero todo se terminó romper en el minuto 32, cuando Vesga mandó a la red un disparo desde fuera del área. Increíble, pero cierto. Un descalabro en el momento más inoportuno.

Era algo inesperado y que no se había vivido desde la llegada de Sergio. El equipo estaba descompuesto y la duda era si se trataba del pago por un exceso de euforia y si el Athletic le estaba sacando las costuras como ningún otro rival. Era fundamental marcar antes del descanso para tener alguna esperanza en la segunda mitad, pero era mucho pedir en una noche aciaga.

El equipo salió con otra actitud en la segunda mitad. Alcaraz estuvo cerca de marcar de cabeza tras un gran centro de Alejo, pero tampoco había suerte. Sergio González movió el árbol en busca de algún atisbo de reacción y Lucas Pérez, que acababa de entrar, hizo el primero adelantándose a Unai Simón.

Todo había cambiado. Ahora el Cádiz metía en su área a los vascos con empuje y con buen juego. Negredo pudo hacer el segundo en el minuto 63 tras un fantástico centro de Alejo, pero Vivian se lo impidió. El equipo estaba mucho más enchufado y Vesga era expulsado.

Había motivos para pensar en darle más emoción al partido. Sobrino hizo el segundo y la esperanza seguía viva, pero no fue capaz de lograr ese punto que tanto valía. Y con el tiempo casi cumplido la tuvo Fali, pero su impresionante rosca se encontró con la madera. Al final se escaparon los puntos, pero el Cádiz vuelve a dejar claro que la lucha no se negocia hasta el pitido final.