Estados Unidos, una potencia de Concacaf con jugadores en ligas élites de Europa

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Si dependiera del poderío militar, la riqueza económica o el desarrollo tecnológico, Estados Unidos dominaría el fútbol desde hace décadas. Ya llevan un muy largo período en el trono a nivel femenino, habiendo ganado cuatro de ocho Mundiales, incluidos el primero y los dos últimos. Pero siendo uno de los países más ricos, poderosos e influyentes del mundo, todavía no ha logrado replicarlo en el soccer masculino. Quizás no falte mucho. Por primera vez en la historia, cuenta con una materia prima con el potencial necesario para dominar la escena por completo. A tres años de esa trágica derrota en Trinidad y Tobago que lo dejó afuera de la Copa Mundial de la FIFA de Rusia 2018, tiene una Generación Dorada con jugadores que ocupan roles destacados en grandes clubes de la élite europea, como FC Barcelona, Chelsea, Borussia Dortmund y Juventus. Un grupo de jóvenes talentos que se ha ido abriendo paso entre las estrellas de esos equipos y se perfilan como la camada que hará el salto de calidad definitivo.

Hace un tiempo que jugadores como Christian Pulisic o Weston McKennie empezaron a crecer en la Bundesliga y abrieron las puertas a distintos prospectos estadounidenses, al tiempo que la Federación (US Soccer) detectó algunas joyas elegibles y no perdió tiempo en el reclutamiento. Ambos factores han confluido en la última convocatoria, donde los nombres no son rutilantes pero hay cuestiones llamativas: en la lista el promedio de edad es de solo 21,3 años y se han incluido a nueve de los 10 jugadores que participan en la actual edición de la UEFA Champions League, todo un récord presencial para este país en el certamen de clubes más prestigioso del mundo. Además hay 14 jugadores con edad de Sub-20 y son 10 los futbolistas que han recibido su primer llamado para representar a la selección absoluta. Ha comenzado a aflorar su plan largoplacista y efectivo.

Es evidente que en Estados Unidos el fútbol no ha crecido a la par de otras disciplinas. El interés por su profesionalización apareció tarde (1968) a comparación del baloncesto (1946) y también equiparado con las ligas de otros países de la región, como México (1943-44). En los ’70, cuando la liga todavía era denominada North American Soccer League (NASL), tuvo una gran repercusión con la llegada de Johan Cruyff, Pelé, Franz Beckenbauer, Eusebio, Carlos Alberto, Gerd Müller y George Best, entre otras leyendas. Pero el reconocimiento era superficial, a tal punto que a mediados de los ’80 había pérdidas por USD 80 millones y empezaron a darle más visibilidad a una extravagante liga indoor de 6 vs. 6.

Fue recién con la Copa Mundial de la FIFA 1994 cuando la fiebre por el fútbol creció a gran escala y nació la actual Major League Soccer (MLS), que se juega desde 1996. Un campeonato que explotó a nivel global con el desembarco de David Beckham desde el Real Madrid en 2007 y que paulatinamente dejó de ser un torneo de estrellas al borde del retiro para empezar a albergar más jugadores con margen de mejora y cercanos a la plenitud. A David Villa, Kaká, Andrea Pirlo y Bastian Schweinsteiger los reemplazan hoy latinos de talla internacional como Rodolfo Pizarro, Diego Rossi, Josef Martinez o Edison Flores.

A nivel selecciones, Estados Unidos rompió con 40 años de ausencias en Mundiales cuando logró el boleto a Italia ’90. Además, después de organizar su propia Copa del Mundo, empezó también a ser invitado a la Copa América y el cambio de milenio trajo consigo una camada de futbolistas que empezó a sentar bases en el fútbol europeo. Ya se veían jugadores estadounidenses en clubes del viejo continente desde principios de los 1990 –como Eric Wynalda, John Harkes y Paul Caligiuri, o nativos europeos con raíces norteamericanas como Earnie Stewart y Thomas Dooley– pero paulatinamente empezaron a aparecer cada vez más casos: de cuatro en la lista para Italia ’90 se triplicaron de cara a Corea-Japón 2002 y Alemania 2006, donde hubo 12 futbolistas en cada nómina.

Fue un salto cuantitativo pero también cualitativo. Ya no jugaban en equipos de Hungría o Países Bajos, eran parte de la Premier League, la Bundesliga o la Ligue 1, como lo hicieron Claudio Reyna (Sunderland y Manchester City) o Landon Donovan (Bayer Leverkusen y Bayern Múnich). Es cierto que se trataba mayormente de equipos de mitad de tabla, o bien gigantes que les daban poco rodaje y apuntaban más a sumarlos para expandirse a nivel comercial, algo que definitivamente se notó en Sudáfrica 2010. La citación de Bob Bradley tuvo solo cuatro jugadores de la MLS (más dos de la Liga MX) pero solamente tres estaban en la élite europea. Uno era Oguchi Onyewu, que no jugó ni un segundo en la Serie A y apenas 30 minutos en la Champions con el AC Milan; y los otros DaMarcus Beasley y Maurice Edu, jugadores de recambio en el Rangers de Escocia. Y cuatro años más tarde, Jürgen Klinsamann solo tuvo a disposición a Julian Green, juvenil que pertenecía al Bayern Múnich pero estaba cedido en el Hamburger SV.

El ciclo del DT alemán empezó a deteriorarse con un 4° puesto en la Copa de Oro 2015 –perdió en semifinales con Jamaica y en el tercer puesto con Panamá– y se desmoronó completamente tras la Copa América Centenario 2016, al comenzar con dos caídas en el Hexagonal Final de las Eliminatorias de la Concacaf 2018. Bruce Arena, seleccionador del USMNT entre 1998 y 2006, regresó al banquillo pero no evitó la tragedia: el equipo necesitaba un empate en su visita a Trinidad y Tobago en la última fecha, pero perdió 2-1 y quedó afuera del Mundial. Fue el fin de un ciclo. Algunos referentes como Tim Howard, Michael Bradley y Clint Dempsey dijeron adiós.

Gregg Berhalter se transformó en nuevo seleccionador. Había sido mundialista en 2002 y 2006, siendo uno de esos jugadores de papel secundario en Europa, con pasos por algunos equipos neerlandeses, además de Crystal Palace, Energie Cottbus y TSV 1860 Múnich, por nombrar algunos de los clubes en los que jugó. También fue DT dos temporadas en el Hammarby IF sueco antes de su extenso ciclo en el Columbus Crew (2013-2018), donde construyó un equipo de carácter ofensivo, que generaba superioridad númerica en casi todo el campo y buscaba desorganizar el rival para crear oportunidades. Berhalter practicó en la MLS un fútbol moderno, comprometiéndose con el balón en ofensiva y moviéndose en bloque para defender, con el que clasificó a los playoffs cuatro veces en cinco años, jugando también dos finales de conferencia y siendo subcampeón de la Copa (2015).

A este nuevo DT se le impuso naturalmente un recambio generacional con nombres que han tomado impulso a partir de dos factores. Uno ha sido la US Soccer Development Academy (USSDA), que nació en 2007 con el fin de estandarizar y profesionalizar la detección de talentos y el desarrollo de jugadores de todo el país. Hace 13 temporadas que este proyecto influye en la creación de futbolistas en suelo estadounidense, poniendo a competir a jóvenes talentos durante 10 meses del año y bajo una red de apoyo que intenta explotar al máximo su potencial futbolístico. Seis de los 10 jugadores estadounidenses que juegan la actual edición de la UEFA Champions League han sido parte de esta iniciativa cuando eran pequeños y actualmente están en prestigiosos clubes de Europa: Christian Pulisic (Chelsea), Giovanni Reyna (Borussia Dortmund), Weston McKennie (Juventus), Tyler Adams (RB Leipzig), Zack Steffen (Manchester City) y Chris Richards (Bayern Munich).

“Lo que a la gente le entusiasma es lo que veíamos venir, y lo que nos mantuvo emocionados durante años. Y es solo el comienzo. Es el impacto de un proyecto de 13 años”, comentó Tony Lepore, director del reclutamiento de la Federación estadounidense, en diálogo con Sports Illustrated. Lepore explicó que además de los que llegaron a Europa, hay 40 jóvenes en equipos de la MLS y unos 120 jugadores surgidos de la USSDA en niveles de USL, algunos de ellos solo tienen 15 años. A partir de abril, por la crisis económica del COVID-19, la Academia de Desarrollo pasó a manos de la liga estadounidense y cambiará su nombre a MLS Next. El sitio The Athletic informó que también se planean crear campeonatos de reserva en distintos niveles en 2021. Todo quedará bajo el paraguas de una liga con equipos que han visto crecer mucho a sus academias juveniles, lo que implica que venden cada vez más y mejor a sus jugadores.

El otro punto que explica este boom en la selección de Estados Unidos es que la Academia le permitió a la US Soccer a partir de 2016 conformar selecciones juveniles de todas las categorías, desde Sub-14 hasta Sub-20, dándole roce internacional a sus perlas y permitiendo atar a edades tempranas a diamantes en bruto elegibles para diferentes naciones como Sebastián Soto (Norwich), Alex Mendez (Ajax) y Ulysses Llanez (Heerenveen), pero sobre todo se ha notado con Sergiño Dest y Konrad de la Fuente, quienes hoy juegan juntos en el FC Barcelona. Uno es un defensor lateral nacido en Países Bajos que el Barça ha fichado desde el Ajax y es comparado con Dani Alves. El otro es un atacante oriundo de Miami que vive en España desde que tiene 10 años y ahora apunta a ocupar el lugar de Ansu Fati. Ambos representan hace tiempo a EEUU y fueron compañeros de habitación en el Mundial Sub-20 de Polonia 2019. En la lista de Berhalter hay seis jugadores que estuvieron ese torneo el año pasado y en total son 13 los que alguna vez jugaron partidos de esta categoría.

Estos nombres –con otros prospectos como John Brooks (VfL Wolfsburg), Josh Sargent (Werder Bremen) o Yunus Musah (Valencia)– forman parte de una selección estadounidense con jugadores que se mezclan en la élite. “Necesitas tener calidad. Y cuando tienes a tus jugadores jugando a ese nivel, eso ciertamente aporta calidad. Antes solíamos jugar contra Totti, Ronaldo o Christian Vieri, y queríamos sus camisetas después del partido. Ahora tenemos muchachos jugando todos los días con jugadores de ese calibre. Vuelven a los mismos clubes que ellos. Es un nivel diferente”, valoró Berhalter en diálogo con la emisora de radio SiriusXM, en la previa de los amistosos que jugarán por estos días ante Gales (12 de noviembre) y Panamá (16/11).

Es su regreso a la actividad tras poco más de medio año. El ciclo lleva solamente 19 partidos y el DT va a contar con sus jugadores europeos por primera vez desde noviembre de 2019. No hay jugadores de la MLS y solo uno que juega fuera de Europa: Johnny Cardoso, joven de 19 años oriundo de Nueva Jersey, quien se mudó a Brasil cuando era niño y juega para el Inter de Porto Alegre. Es un plantel que puede recorrer un largo camino hacia el Mundial de Qatar 2022, desarrollándose en la élite del fútbol europeo y generando una sinergia colectiva a lo largo de competencias como la Concacaf Nations League, la Copa de Oro, e incluso los Juegos Olímpicos de Tokio, ya que 19 de los 23 jugadores son elegibles por edad y se permiten tres mayores.

Y mirando aún más hacia adelante, está la Copa Mundial de la FIFA 2026. “Si podemos proyectar durante estos próximos cinco años, creemos que podemos construir un equipo que realmente pueda funcionar bien y potencialmente sorprender al mundo en 2026”, dijo el seleccionador Gregg Berhalter a CBS Sports. Su futuro es más prometedor que el de los otros anfitriones, ya que México y Canadá no poseen tanto talento joven distribuido en las cinco grandes ligas de Europa. A Estados Unidos le ha llegado la hora. Sus recursos siempre fueron ilimitados: les sobran habitantes, proyectos e infraestructuras. Los años de trabajo y las inversiones millonarias para mejorar o construir estadios, potenciar la liga y sus clubes, atrapar al público y desarrollar nuevos talentos, finalmente han cambiado el paradigma cultural en el deporte y parece que están dando sus frutos. Tienen motivos para soñar con algún día dominar el fútbol mundial.